En el segmento Viernes de terapia junto a la licenciada Débora Pedace hablamos sobre: ¿Qué es la presión psicológica? La presión es inherente al ser humano.
Siempre que nos enfrentamos a cualquier situación de la vida cotidiana, como llegar a tiempo a una cita, desempeñar de modo adecuado un trabajo o competir en algún deporte o destreza especial, nos hará estar expuestos a cierta presión, algunas veces más pasiva e imperceptible que otras, pero siempre estará presente y acompañándonos.
Entonces… ¿qué es la presión psicológica?
Del mismo modo, sentimos presión al querer cumplir nuestras expectativas o las de los otros, el desear ser buenos padres, buenos en nuestra pareja, buenos hijos, empleados, amigos, etc. Todo el tiempo estamos expuestos a lo que llamamos presión psicológica.
Si bien esto es un fantasma que se genera en la mente, repercute en todo nuestro sistema nervioso, produciendo síntomas tanto a nivel mental como físico. Muchos han definido la presión como ese estado intermedio entre el nerviosismo y el estar en calma, pero cuando la presión es incontrolable y sobrepasa su máximo nivel puede incluso bloquearnos y dejarnos sin respuesta.
¿Qué hacer cuando la presión que sentimos frente a determinada situación sobrepasa nuestro umbral de tolerancia?
Es importante comprender que la presión dispara inseguridad por miedo a la incertidumbre. Si pudiésemos ver el resultado final como en una película, no sentiríamos presión y sería más sencillo transitar el proceso. Cada acción que realicemos dependerá de la manera de pensar y de interpretar esa situación.
¿Cómo manejar la presión psicológica?
Cuando la presión nos invade, descoloca nuestra voluntad, y es ahí cuando surgen los juicios valorativos y una necesidad anticipada de satisfacción, pudiendo resultar en pensamientos intrusivos sobre lo que se está haciendo y lo que se desea. Poder manejar la presión psicológica frente a las demandas del entorno es lo que hace la diferencia entre personas que toman buenas o excelentes decisiones.
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2 tipos de presiones
- Externa: La primera centrada en el afuera, las circunstancias que no dependen de nosotros, sino de los otros, del entorno.
- Interna: Tiene que ver con lo que sucede dentro de nosotros. Nuestros pensamientos, emociones o deseos. Son todas situaciones en donde se encuentra implícito el miedo a fracasar.
¿Qué hacer frente a esto?
¿Hay alguna manera de controlar esta presión? Siempre se puede. Basta con pedir ayuda en caso de ser necesario para realizar técnicas específicas orientadas a dar calma y control sobre las presiones. Estas técnicas están basadas en la concentración, el optimismo y el generar confianza en uno mismo, dejando de lado las expectativas que teníamos respecto de esa presión.
¿Con qué herramientas podemos trabajar?
- En primer lugar, aceptar que la presión forma parte de tu vida te aliviará. Saber que siempre estaremos expuestos a presiones tanto internas como externas nos acortará el camino.
- En segundo lugar, centrarte en el ahora, en ese informe que debes entregar o esa situación que debes resolver. No anticipes escenarios negativos, ni traigas a colación errores del pasado, de nada ayudarán.
- En tercer lugar, cambia el foco de pensar en el plazo y que no llegaras a cumplirlo, por el esfuerzo y la actitud positiva que desarrollaras.
- Para finalizar, utiliza técnicas que te permitan relajar tus músculos y aquietar tus pensamientos. Técnicas basadas en el Mindfulness o conciencia plena, respiración profunda, relajación muscular, entre otras.
Cuando sientas que incluso haciendo esto, no puedes superarlo, será cuestión de pedir ayuda a profesionales expertos en el tema que te sostengan y acompañen en tus momentos más críticos.