Ser cristiano es sinónimo de mirar como Jesús mira, actuar como Jesús actúa y tratar a los demás como Jesús los trató cuando vivió en la tierra.
Estos tres pasos para enfocarte en el corazón te ayudarán a evitar que etiquetes a las personas en estereotipos sociales. De esa forma podrás ser libre de los prejuicios y vivirás amando a los demás como Jesús los ama.
3 pasos para enfocarte en el corazón y no en los estereotipos sociales
1. Mira a los demás como a un 10
Recuerdo que en mi niñez veía un programa de televisión en donde niños competían y al final un jurado calificaba sus ejecutorias con chocolates. Al que lo hacía por encima de las expectativas del jurado, le otorgaban diez chocolates; mientras que al que no lo hacía según las expectativas le otorgaban un solo chocolate. Lo mismo pasa en tu mente cuando alguien que conoces no cumple con tus expectativas.
Por ejemplo, suelo vestir en jeans rotos, camisetas y con el cabello alborotado. Mi cabello es rizado y me encanta llevarlo rizo, como Dios me lo regaló. Fui de la mayoría de personas a las que le enseñaron de pequeños que tener el cabello rizado es tener un cabello feo o malo. Desde que conocí a Jesús aprendí a amarme tal y como soy y ahora puedo comprender que tanto tú como yo, tenemos cualidades hermosas y diferentes que nos distinguen como hijos de Dios.
Pablo nos exhortó a considerar a los demás como a superiores
No hagan nada por egoísmo o vanidad; más bien, con humildad consideren a los demás como superiores a ustedes mismos.
Filipenses 2:3 (NVI)
Aquí Pablo le está hablando a la iglesia de Filipo porque estaban teniendo muchas dificultades y situaciones que estaban dividiendo la iglesia porque se estaban enfocando en cosas carnales y no en el corazón ni en las cosas eternas. En otras palabras, le estaba diciendo a cada persona de Filipo algo así: «Mira a las demás personas como a un número diez, sé humilde y permanece dispuesto a verlas como alguien de quien puedes aprender mucho más de lo que ya sabes.»
Te invito a darle diez chocolates a cada persona que conozcas; mirarla con la máxima puntuación la hará sentirse amada, animada y exhortada a dar lo mejor de sí para los demás.
2. Percibe lo invisible
Así que no nos fijamos en lo visible, sino en lo invisible, ya que lo que se ve es pasajero, mientras que lo que no se ve es eterno.
2 Corintios 4:18 (NVI)
Hay una diferencia abismal entre las personas creyentes y las no creyentes. Se supone que las personas creyentes vean como Jesús ve ≪espiritualmente≫ y no como el incrédulo ve ≪carnalmente≫. Pero los estereotipos sociales que te han enseñado desde pequeño no te permiten ver como Jesús ve.
Aquí el apóstol Pablo te está recordando que lo que se ve, nuestro cuerpo y todos nuestros sentidos, algún día dejará de existir. Pero lo que no se ve es perpetuo y permanece para siempre.
Por esta razón es importante que puedas percibir lo invisible o lo que cada persona carga en su alma y corazón, en lugar de fijarte en el exterior o en las cosas que se quedarán en esta tierra cuando partas de ella.
3. Camina con quien Jesús caminó
¿Te has preguntado si la gente con que pasas la mayor parte del tiempo es gente con las que Jesús caminaría?
Lo más probable creciste escuchando al igual que yo este refrán: «Dime con quién andas y te diré quién eres». Si aplicas este refrán a la vida de Jesús, pierde toda la validez. Jesús caminaba con gente de mala fama, cobradores de impuestos, prostitutas, ladrones y gente pobre.
¿Por qué Jesús caminó con ellos? Porque sabía que cuando esas personas tuviesen un encuentro cercano con Él serían transformados. Es cierto que debes tener amigos que añadan valor a tu vida y con quien puedas compartir todo lo que aprendes de Dios para crecer junto a ellos. Pero lo que aprendes no puede quedarse encerrado entre los que ya conocen de Dios.
Recuerda que Jesús dijo: «los sanos no necesitan médico, los enfermos sí» Mateo 9:12 (PDT)
Ve y camina con los marginados. Sigue estos tres pasos para enfocarte en el corazón de las personas, sé ejemplo para quienes piensan diferente a ti. Siéntate con un ateo y ámalo. Invita a comer a alguien que la sociedad, y hasta la misma iglesia, ha rechazado para que a través de ti pueda conocer a Jesús.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.