Podemos coincidir con la licenciada Débora Pedace en que ser padres es una de las tareas más emocionantes de la vida. Cuando nace nuestro primer hijo, nos inunda una alegría indescriptible y, a la misma vez, una sensación de responsabilidad y compromiso por esa nueva persona que llega a nuestra vida. Hoy hablaremos de qué es el burnout parental o fatiga parental y cómo prevenirla.
Cómo evitar el cansancio extremo
Cuidar a los hijos puede ser muy lindo, pero también para muchos puede ser aterrador. Hay padres o madres que tienen que estar todo el día cuidando a sus hijos, pendientes de lo que hacen o no, de su comportamiento, de sus primeros pasos y de los peligros que se pueden avecinar. Con esta nueva asignación, muchos adultos se han encontrado con la necesidad de postergar sus propios desafíos, sueños, incluso su independencia física.
Si bien pasar tiempo con nuestros hijos es lo que todo buen padre o madre querría, en ocasiones puede volverse una negativa si no podemos colocar los límites correctos. Los pequeños pueden ser muy exigentes y eso hace que sus padres sufran agotamiento, se cansen e incluso se irriten.
¿Qué es el burnout parental o fatiga parental y cómo prevenirla?
Es un síndrome que afecta a una gran cantidad de padres que no logran lidiar con las demandas de sus hijos. Es un problema que se ha disparado en este último tiempo y que, seguramente, está relacionado a la poca paciencia de muchos adultos que viven en un mundo apresurado y a la poca tolerancia a la frustración de muchos niños que se vuelven exigentes y necesitados de más atención.
De dónde viene el término
El término se acuñó en la década de los 80, en donde se le asignó el síndrome de estrés a aquellos padres que sufrían por tener hijos con enfermedades crónicas o graves, y que, al tener que ejercer de cuidadores y estar pendientes de sus hijos, les desgastaba física y emocionalmente en su rol. Ahí comenzó a usarse este término y hoy, más allá de tener o no hijos con ciertas dificultades, hace referencia al estrés ocasionado por incluir la crianza de los hijos en medio de las exigencias que los adultos tienen a nivel laboral y personal.
Los requerimientos de ser padres
Es cierto que ser padres requiere esfuerzo, amor, tiempo y energía. Todo ello invertido hasta que los más pequeños empiecen a dar sus primeros pasos hacia la independencia que suele comenzar en la adolescencia para luego regresar cuando son adultos desde otra perspectiva. Todo este proceso, y más en la primera etapa, suele producir mucho cansancio físico que termina acompañando a estos padres que no logran conciliar el equilibrio entre estas demandas y sus recursos emocionales.
El sano equilibrio
Si bien es normal sentir un poco de cansancio por ser los rescatistas de las solicitudes de nuestros hijos, como es el llevarlos a sus actividades, buscarlos, cuidarlos, las largas noches sin dormir, o el comprarles lo necesario para estudiar, las celebraciones de sus cumpleaños, también es necesario comprender la importancia de no terminar quemados y con la sensación de llegar al final del día sin fuerzas, sintiendo que lo dimos todo.
Debemos aprender a descansar
Este agotamiento mental que, muchas veces, suele relacionarse con el estrés de temas laborales, también se aplica a la tarea de ser padres. Si no logramos enseñarle a las madres o padres primerizos, la importancia del descanso de sus propios hijos, será difícil que no terminen siendo esclavos de este burnout parental temporal.
¿Cuáles son los síntomas de la fatiga parental?
Son similares al de burnout laboral, con la diferencia de que, en el caso de la pa-maternidad, sienten que no hay escape posible. Estos síntomas son: agotamiento, tristeza, ansiedad, irritabilidad, episodios de violencia, trastornos del sueño, conflictos en la pareja, negligencia en el cuidado de sus hijos, sentimientos de culpa o vergüenza, entre otros.
Además de los síntomas mencionados, hay tres características que aparecen en las personas que están en períodos de burnout parental. Todas ellas fueron detalladas en el segmento en Uno nunca sabe donde pudimos ahondar y dar ejemplos sobre cada una de ellas, pero no queremos dejar de mencionarlas aquí.
- Agotamiento físico y mental.
- Sentimiento de incompetencia.
- Distanciamiento emocional de sus hijos.
Factores que no ayudan
Es importante que tengas en cuenta que, si bien los orígenes de agotamiento parental pueden ser variados, hay factores que los disparan aún más. Como son: los problemas de pareja, las crisis económicas o laborales, familia monoparental, enfermedad crónica o discapacidad, problemas de comportamiento en los hijos, hiper-exigencia y perfeccionismo en los padres, etc.
¿Cómo podemos evitar la fatiga parental?
Antes queremos aclararte que, si estás atravesando o en algún momento pasaste por esto, no significa que seas un mal padre o mala madre. Al contrario, el hecho de ser humano te habilita para sentirte y expresar tus emociones como puedas. Lo más importante es no quedarte con esa sensación que te resulta incómoda, sino poder conversarlo con alguien y salir de ahí.
¿Cuáles son las herramientas más importantes?
—La prevención como tu aliada. Darte recreos físicos y mentales te ayudarán a tomar perspectiva. Debes saber pedir ayuda a tiempo. Tanto tu pareja como alguna persona de tu entorno que pueda estar para auxiliar, cumplen un rol trascendental.
—No es la cantidad sino la calidad del tiempo que invertimos en nuestros hijos. De nada sirve decir (como muchos han dicho): «Estoy todo el día con ellos» o «Invierto mi día entero en estar con ellos», si en definitiva, tu calidad de tiempo no fue adecuada. Si lo único que hiciste en todo ese tiempo fue trasmitir una queja, un grito o una puesta de límites. Es importante descifrar cuánto de calidad les estamos dando. A veces es más importante retirarte un momento para volver a conectar desde la paciencia, el amor y la escucha activa.
—Otra buena manera de estar con ellos y no perderse en el estrés diario, es hacer actividades placenteras que quiten las tensiones de ambos. El hacer ejercicio con ellos, el poner música y bailar, el dormir una buena siesta con ellos, todo esto puede aliviar tu malestar y te hará conectar desde lo positivo.
Para finalizar, si tienes que consultar con profesionales para que te orienten en la puesta de límites, ¡hazlo! Es clave que los límites que marques sean asertivos. Esto puede ser el causal de tu burnout parental, y te aseguramos que puede ser controlado a tiempo y así evitar la escalada de síntomas negativos que terminan dañando otras áreas de tu vida.