Seguramente todos conocemos la importancia que tiene la oración en nuestras vidas. No solo porque forma parte de nuestros ejercicios espirituales, sino porque es indispensable para que nuestra relación con Dios sea cada vez más cercana.
Jesús también oraba a su Padre
Nuestro más grande ejemplo es Jesús. Nuestro objetivo como cristianos es tratar de imitar su vida y ser más como Él y, en ese sentido, podemos ver que Jesús tenía una relación estrecha con su Padre.
En la Biblia tenemos registrados algunos de los momentos de oración de Jesús, sin embargo, estamos seguros de que su vida estaba llena de conversaciones constantes con su Padre.
¿Cuál era la oración de Jesús con su Padre?
Por los diferentes pasajes en la Biblia podemos ver que habían distintos tipos de oración que Jesús hacía. No es sencillo hacer una clasificación; pero aquí te presentamos algunos de esos momentos.
Para empezar el día
Las Escrituras dicen que Jesús se levantaba muy de mañana y se retiraba a orar.
Al terminar el día
Un ejemplo de esto está en el relato que encontramos en Mateo 14:23:
«Después de despedir a la gente, subió a las colinas para orar a solas. Mientras estaba allí solo, cayó la noche.»
(NTV)
En intimidad
Tenemos muchos ejemplos en el que en las Escrituras nos dice que Jesús se iba a lugares alejados para orar. Lo vemos en el ejemplo anterior y también podemos citar Lucas 5:15-16, que nos muestra que cuando Jesús estaba preocupado, se retiraba a orar a Su Padre en intimidad.
Antes de tomar decisiones importantes
El evangelio de Lucas, en el capítulo 6, versículo 12, relata cómo Jesús habló con su Padre antes de escoger a sus discípulos.
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Agradecimiento
A diferencia de los anteriores ejemplos, en este caso fue una oración en público que encontramos en Juan 11:41-42 (NTV):
«Así que corrieron la piedra a un lado. Entonces Jesús miró al cielo y dijo: “Padre, gracias por haberme oído. Tú siempre me oyes, pero lo dije en voz alta por el bien de toda esta gente que está aquí, para que crean que tú me enviaste.”»
Alabanza
En Mateo 11:25 vemos que Jesús alaba públicamente al Padre; en esa ocasión, Jesús hizo la siguiente oración:
«Oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, gracias por esconder estas cosas de los que se creen sabios e inteligentes, y por revelárselas a los que son como niños.»
(NTV)
Peticiones
Seguramente en muchas de sus oraciones Jesús tenía una petición para su Padre, pero quizás una de las más sentidas fue la que encontramos en el relato de Mateo 26:36-44, cuando oró en el Getsemaní antes de ser aprehendido para después ser crucificado.
Intercesión
En el evangelio de Juan 17:13-23, vemos cómo Jesús encomendó al Padre a sus discípulos, pidió por ellos. De igual manera, estando crucificado, intercedió al Padre por sus agresores:
«Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.»
Lucas 23:34 (NTV)
Jesús nos enseñó cómo orar al Padre
Todos conocemos de la oración que Jesús les enseñó a sus discípulos con el Padre Nuestro (Mateo 6:9-13). Sin embargo, a lo largo de los Evangelios, vemos los diferentes momentos de oración de Jesús con su Padre.
La oración del Padre Nuestro es un modelo que podemos seguir, pero no es la única forma de orar, podemos hablar con Dios como lo hace un hijo con su padre.
En muchos de los momentos de oración de Jesús no tenemos registradas las palabras que dijo, pero podemos ver claramente que su dependencia del Padre. Ya fuera para dar gracias, para alabar al Padre, para interceder, para comenzar el día o antes de tomar decisiones importantes o cuando se encontraba afligido, siempre se dirigía al Padre.
A veces tendemos a hacer del tiempo de oración algo repetitivo, sin mucho sentido, casi por obligación, por costumbre, o porque nos vemos en problemas y necesitamos ayuda. Pero Jesús nos enseña que la oración es parte de la relación que tenemos con el Padre. Dependemos de Él en todo momento.
No hay un guion ni oraciones elaboradas que debas repetir, simplemente debes acercarte con todo tu corazón y confiar tu vida, tus sueños y tus problemas al Padre. Permite que el Señor te acompañe y guie en todo momento y toda decisión que vayas a tomar, hazlo parte de tu vida.
Deja que tu espíritu se conecte con el Espíritu Santo de Dios, pues la única manera que existe para tener una oración genuina es siendo sinceros con el Padre.