En la antigüedad, los contratos y obligaciones se hacían confiando en la palabra de los participantes. Se hacía honor a lo acordado y casi no era necesario tener una constancia escrita que certificara la promesa. Sin embargo, conforme ha pasado el tiempo, pareciera como si la palabra hubiese perdido su valor.
Algunos creen que no es importante cumplir su palabra porque tienen derecho a cambiar de opinión. Y aunque es cierto que tenemos la potestad de hacerlo, la Biblia nos advierte que prometer y no cumplir tiene consecuencias negativas.
Por qué es importante cumplir tu palabra, según la Biblia
Las promesas son obligaciones
Cumplan sus promesas a Dios. El que no promete no comete pecado. En cambio, el que promete y no cumple, sí comete pecado. Dios castigará a quien no cumpla sus promesas. Si alguien, por su propia voluntad, le hace una promesa, tiene la obligación de cumplirla.
Deuteronomio 23:21-23 (TLA)
La Biblia nos dice que sería mejor no prometer nada, en lugar de hacerlo y después incumplir. Incluso si para nosotros, nuestras palabras no son un absoluto, la Biblia nos dice que las palabras tienen poder (Proverbios 18:21); por lo que no podemos hablar a la ligera.
Nadie nos obliga a hacer una promesa; es por ello que si lo hacemos, tenemos el deber de cumplir a nuestra palabra, sobre todo cuando se trata de algún voto que hicimos ante Dios.
Tus palabras demuestran la clase de persona que eres
La honestidad guía a la gente buena; la deshonestidad destruye a los traicioneros.
Proverbios 14:5 (NTV)
Este pasaje de Proverbios dice que la honestidad guía a la gente buena; lo que significa que las personas que dicen la verdad tienen un corazón congruente a sus palabras.
Si nuestros actos no van acorde a nuestras palabras, entonces no podemos afirmar que la honestidad gobierna nuestra vida. Y los demás pueden ver fácilmente cuándo alguien no es digno de confiar.
Tus palabras y actos influyen en tu reputación
Los que prometen dar y nunca lo hacen son como nubes y vientos que no traen lluvia.
Proverbios 25:14 (PDT)
¿Has escuchado la frase: «En la boca del mentiroso, lo cierto se hace dudoso»? Cuando no cumples lo que prometes, te conviertes en mentiroso. Y si mientes una y otra vez, entonces es probable que te ganes una reputación negativa y los demás te vean como no fidedigno y duden de todo lo que dices.
Lo malo de este comportamiento es que establece un precedente perjudicial para tu imagen; ya que cuando tengas la intención de cumplir de verdad lo que prometes, es posible que la gente no te crea.
Dios odia la mentira
Al Señor le repugnan los labios mentirosos; pero le agradan los que dicen la verdad.
Proverbios 12:22 (RVC)
Por último, es importante cumplir tu palabra porque sino tu relación con Dios puede verse afectada. Hay varios pasajes de la Biblia que hacen énfasis en que Dios aborrece la mentira, y en cambio, ve con agrado a los honestos.
La mentira, al igual que cualquier otro pecado, nos aleja de Dios e impide que tengamos una relación con Él. Dios es verdad y no puede convivir con la mentira; en cambio, Satanás es el padre de la mentira (Juan 8:44); y si elegimos incumplir a nuestra palabra estamos demostrando de quién somos hijos.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.