Es muy satisfactorio saber que tenemos una nueva identidad en Cristo Jesús. Cada ser humano ha sido creado por Dios con un diseño único, especial y un propósito sin igual. Por eso debemos tener la seguridad de que Dios quiere ver la manifestación de Su amor en la Tierra. Esa sería la manera de saber que se está haciendo Su voluntad y estamos cumpliendo Sus propósitos. No es una tarea fácil, pero al recibir a Jesús en nuestro corazón y aceptarlo como Señor y Salvador, tenemos una nueva identidad en Cristo Jesús.
«Pues todos ustedes son hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús. Y todos los que fueron unidos a Cristo en el bautismo se han puesto a Cristo como si se pusieran ropa nueva. Ya no hay judío ni gentil, esclavo ni libre, hombre ni mujer, porque todos ustedes son uno en Cristo Jesús. Y ahora que pertenecen a Cristo, son verdaderos hijos de Abraham. Son sus herederos, y la promesa de Dios a Abraham les pertenece a ustedes.»
Gálatas 3:2-29 (NTV)
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¿Cómo saber si tienes una nueva identidad en Cristo?
Para estar seguros de que tenemos una nueva identidad en Cristo Jesús debemos tener control sobre nuestro carácter y nuestro temperamento. Decidimos formar ese carácter sometiéndolo al reino celestial.
Nuestro ejemplo es Jesús, quien vino a mostrarnos Su amor, Su gentileza, Su rectitud y sometimiento a los deseos del Padre. Asimismo, logramos nuestra nueva identidad al ser imitadores, más que seguidores de Cristo Jesús.
«Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas.»
1 Pedro 2:21 (RVR 1960)
Somos vasijas en manos de Cristo Jesús, nuestro alfarero
Es importante recordar siempre que somos como una vasija creada por el maravilloso alfarero de la vida y solo sometiéndonos a Sus manos podremos ver cambios en nuestra humanidad. Con Su ayuda podremos adquirir esa nueva identidad en Cristo Jesús y ministrar a muchos con nuestro comportamiento diario. Si somos vasijas rotas, nos han herido, solo Él puede repararnos y transformar nuestra identidad, así como sanar nuestras heridas.
«Y a pesar de todo, oh Señor, eres nuestro Padre; nosotros somos el barro y tú, el alfarero. Todos somos formados por tu mano.»
Isaías 64:8 (NTV)
Si nos dejamos arrastrar por tendencias perdemos nuestra identidad
No nos dejemos llevar por las tendencias y la supuesta normalidad que trata de conquistarnos a diario por comodidad o por tratar de ganar aceptación. Somos únicos y tenemos nuestra nueva identidad, de la cual debemos sentirnos orgullosos. Cuando creemos en Jesús y le pedimos Su presencia y guía en nuestra vida, nos sometemos a Su reino y adquirimos esa nueva identidad, en Cristo Jesús.
Por último, recuerda que tu identidad se afirma por el Señor. Él llevó tus pecados en una cruz para que vivas en santidad y amor puro. Tenemos una nueva identidad en Jesús que nos acredita como sus hijos e hijas.