Con todo lo que vemos en los medios que pasa a diario, parece increíble que hay cosas que aún nos pueden sorprender. Por ejemplo, a mí me sorprende; —y no gratamente— que con toda la atención mediática, medidas y protestas, siga existiendo lo que han llamado racismo sistemático. Es terrible que seguimos viendo nuevos casos.
Con todo el sufrimiento que experimentamos hoy día por la cantidad de muertes a nivel mundial, no hemos logrado aceptarnos como una raza, la humana. Tal vez sean sueños de locos, de ingenuos, pero qué distinto sería si pudiéramos cambiar ese chip de competir y diferenciar. Sería hermoso que las cosas que nos puedan sorprender sean actitudes y cambios para el bien de todos. Una convicción de que todos, con virtudes, defectos, colores diversos, gustos distintos, nacionalidades, educación, idioma, somos humanos.
Pero hay cosas que nos sorprenden gratamente
Al igual que siempre hago hincapié en que los principios y valores se deben arraigar, también esto. Y es muy cierto, que siento que todos los días podemos encontrar una historia hermosa. Esas cosas que aún nos pueden gratamente sorprender. Como la abuelita Lilian Webber, que decidió al retirarse, usar su habilidad de costura para hacer vestiditos para niñas en África. Ella falleció, pero dejó un legado hermoso. Llegó a hacer unos mil vestidos.
También supe de otra noticia que pudo sorprendernos gratamente, ahora con la COVID-19. Fue la de George Ahearn, que, habiendo crecido en un pueblo de granjas, supo que había granjas que estaban perdiendo las cosechas o las iban a destruir. El, fundó el EastWest Food Rescue y ha marcado la diferencia. Hizo una compañía sin fines de lucro y decidió conectar ambas necesidades. Gracias a él, se han donado unas setenta toneladas de alimentos. Ha logrado incluso maneras de pagar a los granjeros.
Oremos porque cada día haya más noticias que nos puedan sorprender gratamente y ayudar a que el mundo verdaderamente pueda ser mejor. Estemos alertas a las oportunidades que tengamos de poner nuestro granito de arena para contribuir con el concepto de que somos la humanidad y que podemos hacer cosas para el bien común.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.