¿Has conocido personas muy heridas por la vida que llevan sus cicatrices como galardones?
Son aquellas que no se andan lamentando ni dando lástima o sintiéndola por ellos mismos. Pero en su mirada puedes ver que han pasado por mucho. Llevan sus cicatrices con dignidad, como galardones ganados en su vida; y eso son, la verdad. Cuando hemos pasado por pruebas y hemos salido adelante, podemos sentir que hemos sido premiados.
Son galardones de experiencias superadas
La experiencia que nos dieron los acontecimientos difíciles nos puede dejar a todos con cicatrices.
Es importante que aprendamos a llevarlas como galardones. Sentirnos orgullosos de haber superado etapas difíciles no nos hace egocéntricos, pero nos puede dar una actitud diferente ante el mundo. Puede que algunos no lo vean, que otros no lo entiendan o lo malinterpreten. Pero a quienes llevan esas cicatrices como galardones, esos detalles no les afectan. Ya no viven para los demás.
No es falta de humildad sentir orgullo de nuestras cicatrices
La humildad es saber quiénes somos, lo que hemos logrado y los talentos que tenemos sin echarlos en cara a nadie. Llevar nuestras cicatrices como galardones nos hace caminar dignamente.
Estamos agradecidos de haber vivido esas experiencias y hemos salido adelante. Hemos superado dolores, pérdidas, engaños, cambios inesperados, abusos, injusticias. Las hemos superado y por eso podemos sentir que llevamos con orgullo, dignidad y una actitud de enfoque nuestra vida.
Cada vida es una historia llena de sus propios galardones
Quienes hemos sufrido esas experiencias, las hemos dejado atrás. Pero no nos olvidamos para no volver a cometer los mismos errores. Es cierto que para buscar soldados para una batalla, se buscan los que más cicatrices tienen. Esas denotan experiencia, vivencia, habilidad, entereza y fortaleza.
Es hermoso mirar los ojos de esas personas que llevan sus cicatrices como galardones. Cicatrices de las heridas que han sufrido en su hermoso caminar por la vida. Esas heridas que forman parte de su historia. Cada vida es una historia y debemos llevar nuestra historia con aceptación, enfocados en las victorias y no en las derrotas. Sufrimos derrotas, pero las superamos.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.