10 razones por las que tu iglesia no crece
10 razones por las que tu iglesia no crece

10 razones por las que tu iglesia no crece

Jesús nos mandó compartir las buenas nuevas a todos; pero cuando vemos las estadísticas y la realidad de nuestra ciudad, hay muchas congregaciones que se han quedado estancadas en el mismo nivel espiritual y tienen un bajo nivel de asistencia.

Si has visto que tu iglesia no crece y te preguntas por qué, no estás solo: esa es la misma situación en la que se encuentran muchas otras congregaciones. Y es, desafortunadamente, gracias a esta realidad que hoy podemos identificar qué factores hacen que una iglesia no crezca.

¿Por qué tu iglesia no crece?

1. Se han convertido en un club privado

Los seres humanos solemos formar grupos dentro de los grupos, y eso es algo natural. Incluso dentro de la propia familia tenemos personas a las que preferimos porque tenemos mayor cercanía. Lo malo es que replicamos este comportamiento en la congregación. Hacemos que la iglesia sea una especie de club privado para los salvos, mientras que todos los que están fuera son del mundo. Al mismo tiempo, hacemos distinción dentro de la iglesia y formamos grupos en donde solo están los líderes, los más cercanos al pastor, etc.

Esta actitud hace que muchas personas de fuera no sientan deseos de ser parte de una iglesia. Primero, por que no saben a qué grupo podrían pertenecer. Y segundo, porque pueden sentirse intimidados al ingresar a un círculo de gente que no es receptiva a los nuevos miembros.

Si has observado este comportamiento en tu congregación, esta es una posible razón por la cual no están creciendo.

2. Solo se enfocan en el crecimiento numérico

Cuando hablamos de crecimiento, es probable que lo primero que se nos venga a la mente es la cantidad de personas que van a los servicios en la iglesia. Sin embargo, el número es solo una ilusión.

Si una congregación se enfoca únicamente en aumentar en número, entonces está propensa a caer, ya que está formando asistentes, pero no creyentes. El crecimiento numérico debe ir a la par con el crecimiento espiritual; porque sino, esos asistentes a la congregación pronto encontrarán otra actividad que llame su atención más que Dios.

3. Las enseñanzas no van acorde a la realidad de las personas

Jesús nos dejó una enseñanza clara durante sus años de ministerio. Él utilizó historias en donde los personajes hacían actividades con las cuales cualquier persona podía identificarse. Jesús conocía la realidad de su contexto y adaptaba su mensaje para que la gente sintiera una conexión con la enseñanza y pudiera aplicarla a su vida.

De igual manera, Pablo sabía que los griegos amaban la filosofía y la novedad que cualquier corriente podía ofrecer, así que utilizó ese deseo y les habló del «Dios no conocido» (Hechos 17:22-34). Si Pablo hubiese empleado otro método, es muy poco probable que los griegos le hubieran escuchado. Él entendió quién era su público y buscó la mejor forma de acercarse con ellos.

En la actualidad a veces lanzamos los mensajes sin fin ni método y pensamos que alcanzará a las personas. Sin embargo, las personas buscan un mensaje específico que se aplique a su realidad. Si la congregación no conoce a la gente y no sabe qué necesitan, entonces no puede brindad la ayuda adecuada. Y tampoco sabra cómo alcanzarla.

4. No tienen una meta clara

El deseo de una congregación puede ser compartir las buenas nuevas de Jesús; pero si no hacen nada para cumplirlo, entonces solo se queda en eso: en un deseo. En cambio, una meta es un fin claro que no solo se puede visualizar, sino también dividir en diversas partes y trabajar en ellas.

Por ejemplo, si una congregación tiene como meta que sus miembros se parezcan más a Jesús, entonces pueden hacer planes para cumplir a corto plazo:

  • ¿Qué características de Jesús quieren imitar?
  • ¿De qué manera se puede fomentar el estudio y aplicación de dichas características?
  • ¿Cómo pueden promover el aprendizaje según la edad de los miembros de la iglesia?
  • ¿Cómo hacer que las enseñanzas sean comprensible para aquellos que van a la congregación por primera vez?

Hacer preguntas y planes acorde a las respuestas ayuda a que la congregación tenga una meta clara y trabaje para llegar a ella.

5. Hacen actividades, pero no seguimiento

Una actividad de evangelismo, fiestas, conciertos, trabajo voluntario y otras actividades ayudan a atraen personas a la congregación; pero de nada sirve si no se hace un trabajo de seguimiento después.

Una actividad, por lo general, atrae gente nueva y eso puede proyectar la ilusión de crecimiento; pero si no se conecta con esas personas, entonces no hay un crecimiento real. Es por ello que es vital darle importancia a lo que pasa después. Si tu iglesia no crece pese a que hacen muchas actividades, entonces deben priorizar la conexión con la gente.

La iglesia no es un club exclusivo, pero sí es una comunidad de apoyo. Tampoco es un centro de diversiones; pero sí un lugar para encontrar fortaleza y aprender más de Dios.

6. Imitan a otras congregaciones

Seguir el buen ejemplo de alguien es una forma de madurez. Pero seguir ese ejemplo sin aceptar que las realidades son distintas, es inmadurez.

Solo porque una congregación hace tiene una práctica establecida, no significa que las demás iglesias deben imitarla. Se puede adaptar, sacar ideas o inspirarse para hacer algo similar, pero la copia nunca tiene éxito. ¿Por qué? Porque lo que funciona para una congregación puede que no funcione para otra.

Quizá que tu iglesia se haya estancado en el crecimiento porque, en lugar de buscar qué es lo que mejor se adapta a sus necesidades, quieren ser como una congregación X que tiene lo que ustedes desean.

7. No forman cristianos comprometidos con su fe

La iglesia no es un club exclusivo, pero sí es una comunidad de apoyo. Tampoco es un centro de diversiones; pero sí un lugar para encontrar fortaleza y aprender más de Dios. Cuando entendemos esto, entonces la congregación no busca entretener o mantener ocupados a sus miembros.

Si tu iglesia no crece es porque no están formando cristianos comprometidos con su fe. Tal vez están priorizando el entretenimiento u otras motivaciones para mantener a las personas en la congregación; pero eso no hace que tengan una relación personal y cercana con Jesús.

Por otra parte, un buen liderazgo no forma personas dependientes de los líderes, sino de Jesús. Lamentablemente vemos a muchos líderes cristianos que caen y muchas personas se van de las congregaciones porque están decepcionados de sus líderes.

Cuando se forma cristianos que tienen a Jesús como su modelo a seguir, no importará lo que suceda en la congregación, porque ellos serán parte de la iglesia de Cristo y tendrán su mira en Él. Si tu iglesia no crece es porque los miembros no han sido formados ni están firmes en su fe.

8. Los servicios no están diseñados para los no creyentes

¿Alguna vez has tenido una conversación con alguien que habla un idioma que no conoces? Cuando dos personas no hablan el mismo idioma, es probable que recurran a otros medios de comunicación, como los signos y señales, para entenderse. Pero nada de eso es igual a que ambos hablen el mismo idioma.

Ahora, pensemos en las personas que no hablan el idioma de iglesia y asisten por primera vez a una congregación. ¿El lenguaje que se usa es comprensible? ¿Los temas que se hablan son fáciles de entender?

De nada vale que cada miembro de la congregación invite a un amigo o familiar; si los servicios no están diseñados para que un no creyente entienda, entonces es muy poco probable que vuelva a asistir.

9. No aceptan sus errores o no trabajan en ellos

Hay personas que saben que tienen errores, pero en lugar de mejorar, dicen: «Así soy». Y esa es la misma postura que tienen algunas congregaciones. Justifican sus errores o, en muchos casos, están ciegos a ellos; y si saben que están fallando, en lugar de trabajar para cambiar, se aferran más a esas malas prácticas.

Una congregación que no acepta sus errores y se niega a cambiar está destinada a fracasar.

10. Están estancados en el pasado

La vida está llena de cambios, porque es parte del proceso de crecimiento. Si tuviéramos la opción de negarnos a crecer durante la niñez, nunca alcanzaríamos la madurez durante la adultez. Así también, una congregación que se aferra a las tradiciones y a las costumbres, es probable que no alcance a las nuevas generaciones.

Cambiar y estar al tanto de lo que ocurre en la actualidad no significa comprometer los valores cristianos o dejar de seguir lo que dice la Biblia, sino renovar la mente y cambiar las estrategias que nos permiten llegar a quienes necesitan ayuda.

Si un método funcionó en el pasado, puede que todavía funcione en la actualidad, pero hay que hacer cambios y comprender en qué presente estamos viviendo. De esa manera podremos llevar el evangelio de forma eficaz.

Encuentra más contenido cristiano en nuestra sección de Recursos para iglesias.

El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana

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. El presente se escribió en su totalidad por un ser humano, sin uso de ChatGPT o alguna otra herramienta de inteligencia artificial.

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