La fe puede mover montañas, hacer cosas imposibles, conquistar batallas, librar de enemigos, etc. pero sobre todo puede hacer que tu vida sea agradable para Dios.
«Cuando Jesús salió de la casa de la niña, lo siguieron dos hombres ciegos, quienes gritaban:
Mateo 9:27-30 (NTV)
—¡Hijo de David, ten compasión de nosotros!
Entraron directamente a la casa donde Jesús se hospedaba, y él les preguntó:
—¿Creen que puedo darles la vista?
—Sí, Señor—le dijeron—, lo creemos.
Entonces él les tocó los ojos y dijo:
—Debido a su fe, así se hará.
Entonces sus ojos se abrieron, ¡y pudieron ver!»
Sin fe es imposible agradar a Dios
En estos versículos encontramos el ejemplo de fe de dos hombres ciegos que se acercaron a Jesús para pedir sanidad. Cuando lo hicieron, Jesús les preguntó: «¿Creen que puedo darles la vista?», y ellos respondieron: «Sí, Señor». Entonces les tocó los ojos y pudieron ver.
Hebreos 11:1 nos dice que la fe es «la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve». Esto quiere decir que la fe significa confianza, seguridad, certeza, y convicción. Es decir, la fe es la creencia en el Dios verdadero, sin verlo realmente. Y es tan importante que sin ella no tenemos lugar con Dios y es imposible agradarle.
«De hecho, sin fe es imposible agradar a Dios. Todo el que desee acercarse a Dios debe creer que él existe y que él recompensa a los que lo buscan con sinceridad.»
Hebreos 11:6 (NTV)
Los dos hombres ciegos que se acercaron a Jesús, tuvieron la seguridad de que podían ser sanados. Su deseo de recibir sanidad se hizo realidad gracias a la confianza que tuvieron al acercarse a Jesús.
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¿Cómo te acercas a Dios?
¿Lo haces creyendo que Dios existe y con la seguridad de que recibirás lo que le pides o simplemente haces una oración sin convicción? La fe es confiar en Dios todo el tiempo. Así está escrita en la Biblia:
«Mas el justo vivirá por fe; y si retrocediere, no agradará a mi alma.»
Hebreos 10:38 (RVR1960)
Haz que tu fe sea agradable para Dios y confía en Su poder. Recuerda que para Él nada es imposible.
Recuerda que la fe es capaz de hacer aquello que nuestra mente se limita, por eso mismo procura agradar a Dios con lo que habita en tu corazón, y lo que debería habitar en tu corazón es justamente la fe de creer que Él obrará a tu favor.