Aprender a disfrutar la vida es algo que deberíamos ir desarrollando en el transcurso de nuestra vida. Sin embargo, en vez de deleitarnos cada vez más, con el pasar de los años empezamos a decaer y agobiarnos, sobre todo cuando nos encontramos en problemas.
Es fácil contentarse cuando uno tiene todo lo que necesita o cuando está libre de problemas o enfermedades. Pero la vida no es así. En ella encontraremos tanto tiempos buenos como tiempos desagradables.
La pregunta es, ¿estoy aprendiendo a disfrutar la vida a pesar de cualquier circunstancia?
Veamos más allá de nosotros mismos
Es interesante observar a sujetos que viven con escasez económica, con alguna enfermedad o en soledad pero que, a pesar de su contexto, demuestran una paz interior que irradia en todo su rostro. Se podría decir que ellos aprendieron a disfrutar la vida a pesar de su circunstancia.
Un ejemplo claro lo encontramos en la vida del apóstol Pablo. La circunstancia que él estaba viviendo era lamentable, ya que se encontraba en la cárcel por predicar el evangelio. Seguramente tenía la incertidumbre si iba a morir o no, si tendría alimento que comer o si seguiría recibiendo azotes en su cuerpo. Por lógica nadie quisiera estar en sus zapatos.
¿Se puede aprender a disfrutar la vida?
Pablo decidió aprender a contentarse cual fuera su circunstancia. Es decir, a elevarse sobre la adversidad y tener la convicción interna de que estaba en las manos de Dios. Por ello menciona lo siguiente:
Sé vivir con casi nada o con todo lo necesario. He aprendido el secreto de vivir en cualquier situación, sea con el estómago lleno o vacío, con mucho o con poco. Pues todo lo puedo hacer por medio de Cristo, quien me da las fuerzas.
Filipenses 4:12-13 (NTV).
Ser intencionales para aprender
Es necesario ser intencionales para aprender a disfrutar la vida, sea cual fuera la situación. Tomar la decisión de no dejar que las circunstancias influyan en nuestra vida de forma negativa.
Podemos vivir con un corazón contento y agradecido y esto es posible cuando podemos decir con firmeza y convicción tengo a Dios en mi corazón, y con su fuerza todo lo puedo hacer.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.