Una manera de saber si te gustan los cambios, es exponiéndote a ellos, ¿cómo reaccionas, los asumes o los ignoras? Aunque no es fácil, sí es posible lograrlo.
Asumir el riesgo no es sencillo
No es sencillo dar un paso atrás a lo que uno sabe hacer para re aprender algo nuevo, porque hay temor a lo desconocido y muchas veces al fracaso.
A veces queremos ignorar la realidad y por ello no nos enfrentamos al cambio, un ejemplo es cuando una adicción nos atrapa y no podemos dejarla. Lo que pasa es que no aceptamos la realidad de que es dañina para nosotros y nuestro entorno, e ignorarla es más fácil que enfrentarla.
No quiere decir que solo se necesita asumir nuestro error para el cambio, sino que también debemos trabajar en renovarnos y cambiar de rumbo.
¿Por qué esperas para hacer frente al cambio?
Aunque no somos perfectos, hay muchos aspectos de nuestra vida que necesitan transformaciones. Sin duda no ocurrirán de la noche a la mañana ni todo en uno, sino son procesos que a su tiempo se presentan para bien.
Cuando vemos en el espejo una mancha de pasta dental en nuestra cara no la ignoramos, ¿cierto? Así la biblia nos va mostrando lo que debemos cambiar:
Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era. Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace.
Santiago 1:23-25 (RVR 1960)
El cambio necesita estar expuesto a la verdad, que es la Palabra de Dios, no hay nada que pueda superar la transformación que sucede cuando dejamos que el Señor nos muestre hacia dónde dirigirnos en nuestro comportamiento, pensamientos, acciones y objetivos.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.