Adrian Rogers dijo que un evangelista “Es un mendigo diciéndole a otro mendigo dónde encontrar pan”; el pan es el Evangelio de Salvación, y si tú conoces a Dios  ¿compartirías con otros de tu pan?

El hambre debe ser saciada

Hay tanta necesidad de saciar el hambre que la gente tiene, no solo de forma física sino espiritual, que deberíamos compartir de Jesús con todos. La vida de muchos cambiaría de gran manera si las Buenas Nuevas de salvación se predicaran con mucho interés y afán.

Jesús es el pan de vida y por medio de Él tendremos vida eterna:

De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna. Yo soy el pan de vida. Vuestros padres comieron el maná en el desierto, y murieron. Este es el pan que desciende del cielo, para que el que de él come, no muera.

Juan 6:47-50 (RVR 1960)

Quedarse con esta verdad es egoísta, pues la gente necesita esperanza y fe.  Urge que seamos consientes del pecado y de nuestra necesidad del perdón y redención que Dios ofrece.  

Comparte el pan de vida

No importa hace cuánto tiempo ya recibiste la salvación, si no estás compartiendo las Buenas noticias con la gente a tu alrededor, empieza a hacerlo ahora. Deja de un lado el temor por el qué dirán, pues Dios mismo respalda su Palabra y si la semilla es echada, Él se encargará de que lleve fruto.

Porque así nos ha mandado el Señor, diciendo: Te he puesto para luz de los gentiles, A fin de que seas para salvación hasta lo último de la tierra.

Hechos 13:47 (RVR 1960)

Si alguna vez tuviste hambre y cuando comiste fuiste saciado, piensa en que tienes mucho alimento espiritual para dar, no te quedes con el pan que tienes, compártelo.


El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.

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