El temor es una emoción difícil de controlar, sin embargo, cuando fortalecemos nuestra fe, nos sentimos valientes. Nos afianzamos en el gran poder de nuestro maravilloso Creador: Dios. Él nos ha pedido que dejemos de lado el temor.
El agua subió hasta cubrir mi cabeza y yo exclamé: «¡Este es el fin!».Pero desde lo profundo del hoyo, invoqué tu nombre, Señor. Me oíste cuando clamé: «¡Escucha mi ruego! ¡Oye mi grito de socorro!». Así fue, cuando llamé, tú viniste; me dijiste: «No tengas miedo». Lamentaciones 3:54-57 (NTV)
En la Biblia la frase «no temas» aparece 365 veces, por tanto, ¡una vez para cada día del año! Tenemos un Dios maravilloso, que si se lo pedimos y lo permitimos, lucha todas nuestras batallas por nosotros. Ya somos vencedores, por tanto, vamos dejando de lado el temor.
Si entendemos que tenemos al más poderoso de todos de nuestro lado, no deberíamos sentir ningún temor. Y, sin embargo, ocurre. ¿No es cierto? Nos despiden del trabajo y nos entra el pánico. Nos cambian los planes y nos angustia el pensar ¿qué vamos a hacer?
Con Dios, el más poderoso, podemos dejar de lado el temor
Siendo creyentes, no debemos dejar lugar a las dudas sobre el magnánimo poder de Dios. Él creó todo lo que existe y nada ocurre sin que Él lo sepa. Por eso confiamos en que todo, aun lo que nos angustia o preocupa, Él lo usa para nuestro bien.
Ahora Cristo está muy por encima de todo, sean gobernantes o autoridades o poderes o dominios o cualquier otra cosa, no solo en este mundo sino también en el mundo que vendrá. Dios ha puesto todo bajo la autoridad de Cristo, a quien hizo cabeza de todas las cosas para beneficio de la iglesia. Efesios 1:21-22 (NTV)
Cuando fortalezcamos nuestra fe, podremos dormir en el foso de los leones, como Daniel, podremos ver como es capaz de sacarnos de un horno de fuego ardiendo. Nuestro Dios es el único Dios vivo, verdadero y capaz de hacer milagros maravillosos.
Solo tenemos que estar dispuestos a verlos, estar seguros de Su gran poder y de que está de nuestra parte. Nuestras batallas están ganadas cuando las ponemos en Sus manos y podemos realmente dejar de lado el temor.
Oración del día
Amado Dios de mi vida, gracias por reafirmarme que estás de mi parte. Es maravilloso saber que contigo, todas mis batallas están ganadas. Gracias por amarme tanto. Te pido que me fortalezcas cada día más para yo confiar cada vez más en Ti y pueda también hablarles a otros de Tu gran poder, de Tu incomparable amor. Gracias Señor. En el nombre de Jesús, amén.
Aplicación
¿Qué ha hecho que tu fe se fortalezca?