Cuando estamos apurados o distraídos, ¿te ha pasado que buscas algo alrededor tuyo y de repente te das cuenta que estaba en tus manos? Algo parecido pasa cuando buscamos por todos lados la ayuda que tenemos en el Espíritu Santo, quien está en nosotros, y por distraídos no lo consideramos en nuestras dificultades y nuestro diario vivir. Tú, ¿acudes a Él o luchas solo?
No tienes porqué luchar solo
En Juan 14: 16-18 Jesús les hace una promesa a sus discípulos, que el Espíritu Santo estaría en ellos:
Y yo le pediré al Padre, y él les dará otro Abogado Defensor, quien estará con ustedes para siempre. Me refiero al Espíritu Santo, quien guía a toda la verdad. El mundo no puede recibirlo porque no lo busca ni lo reconoce; pero ustedes sí lo conocen, porque ahora él vive con ustedes y después estará en ustedes. No los abandonaré como a huérfanos; vendré a ustedes.
Juan 14:16-18 (RVR 1960)
El Espíritu Santo mora en el corazón de quien ha reconocido a Jesús como su Salvador y lo ha invitado a su vida. Él capacita, consuela, convence de pecado, justicia y juicio, guía a la verdad, nos da poder para testificar de Jesús, nos santifica, entre muchas otras cosas más.
Él está en ti y sin su ayuda todo tu esfuerzo por seguir adelante puede ser en vano, pues necesitamos de su poder para vivir en la voluntad de Dios.
Déjate guiar
Cuando luchamos solos, nos cansamos y hasta podemos desistir de nuestra decisión por seguir el camino de Dios; en cambio, cuando prestamos atención a la guía del Espíritu Santo, el trayecto se hace menos cansador y frustrante, porque seguimos adelante con sus fuerzas hacia los propósitos de Dios para nuestras vidas.
Reconócelo en tu diario vivir, fortalece tu fe a través de la Palabra y tu confianza en el Espíritu Santo se afirmará.
Ya no luches solo y en tus propias fuerzas para vencer al pecado o para andar en la voluntad de Dios, quizás es lo que te está faltando, rendirte al Espíritu Santo y permitirle que te guíe en tus decisiones y en todo lo que hagas.
Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.
Romanos 8:14 (RVR 1960)
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.