Todos atravesamos por momentos y circunstancias que a veces no comprendemos, que carecen de sentido y lo único que puede darnos aliento y ayudarnos a seguir es la comunicación constante con Dios; la oración es indispensable para mantenernos firmes.
La comunicación fue lo que los salvó
Cuentan que el predicador W. K. Gilliam dio el siguiente testimonio durante una reunión: Volábamos en un aeroplano de la ciudad de Denver, Estado de Colorado, a la de Chicago, estado de Illinois. Por radio se le dijo al piloto que al llegar a esta ciudad no podría aterrizar porque había muchas nubes y las condiciones atmosféricas en general no eran favorables.
Cuando llegamos sobre Chicago no veíamos nada, sino únicamente nubes blancas, y permanecimos media hora volando en círculos sobre la ciudad: Repentinamente el aeroplano descendió en línea recta y aterrizamos con precisión en la pista que nos correspondía.
La constante comunicación entre el operador de radio del aeropuerto y el piloto, por ese medio que no veíamos ni entendíamos, hizo que pudiéramos descender en el momento y en el lugar más conveniente.
La comunicación constante con Dios es lo que te salvará
Si te sientes perdido, agobiado y no sabes qué hacer ante las diferentes circunstancias que debes enfrentar, acude a Dios. Él te conoce, sabe por lo que estás enfrentando y tiene planes de bien para tu vida.
A veces dejamos a Dios como la última opción y preferimos buscar consejo en los amigos, conocidos, familiares y cuando nada funciona, recién vamos a consultar con nuestro Padre.
No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que él ha hecho. Así experimentarán la paz de Dios, que supera todo lo que podemos entender. La paz de Dios cuidará su corazón y su mente mientras vivan en Cristo Jesús. Filipenses 4:6,7 (NTV)
La comunicación constante con Dios nos dará la paz que necesitamos en los momentos de prueba y nos permitirá tener la certeza de que sin importar las circunstancias, el Señor no nos abandona y obrará a nuestro favor aunque en ese momento no podamos ver con claridad ni entendamos lo que sucede.
Oración del día
Padre amado, te agradezco porque puedo acercarme a ti con total libertad para presentarte todas mis peticiones, para decirte cómo me siento, para pedirte tu consejo y tu ayuda con la seguridad de que no vas a fallarme.
Te pido que siempre me ayudes a recordar que la verdadera paz, aun en medio de la tempestad, se halla en ti, que aunque no entienda lo que está pasando y no vea una salida, tú tienes el control y obrarás para bien. En el nombre de Jesús, amén.
Aplicación
Cuando las circunstancias de la vida te agobian, ¿qué haces para hallar paz?