Aún en las circunstancias más terroríficas, tenemos opciones para escoger cómo reaccionar. ¿Cómo respondemos ante una tragedia? ¿Qué podemos decir? ¿Qué podemos hacer? ¿Cómo podemos ayudar? O si nos pasó a nosotros, ¿cómo reaccionamos ante eso?
Tal vez lo mejor sería orar y pedirle a Dios que nos muestre las opciones que tenemos. Que nos de la posibilidad de ver las cosas de acuerdo con Su voluntad, con Su perspectiva y saber así recibir lo que nos ha ocurrido con Su respaldo.
Levántate, porque es tu deber decirnos cómo debemos proceder para arreglar esta situación. Nosotros te respaldamos, por lo tanto, sé fuerte y actúa.
Esdras 10:4 (NTV)
Tendemos a huirle a las situaciones difíciles
Es normal que tendamos a paralizarnos de miedo o a correr de las circunstancias adversas. A veces, queremos desaparecer. Sentimos que las situaciones se han acumulado una sobre otra y que no vamos a poder encontrar soluciones.
Cuando a alguien querido le ocurre algo terrible, no sabemos qué decirle. Y a veces lo mejor es no decir nada. Muchas veces vale más para ellos un gran abrazo y nuestra presencia, nada más.
Pero, las opciones que tenemos son importantes para el Reino de Dios. Las decisiones que tomamos, las actitudes con las que afrontamos las cosas. Podemos elegir ayudar, servir, perdonar, amar, respaldar, colaborar. Todo eso es poderoso y agradamos al Señor.
El libre albedrío
Todos los días nos enfrentamos a cantidad de decisiones que debemos tomar. Caminos que debemos elegir, pensamientos y acciones que debemos escoger. Todas son opciones que Dios nos ha dado al darnos esa libertad. El libre albedrío.
Tomemos esas decisiones con sabiduría, con la conciencia de la responsabilidad que representa cada una. Analizando las consecuencias de nuestras decisiones y de nuestras acciones. Pidiendo a Dios guía y sabiduría todos los días para poder servirle mejor y ver las opciones acertadamente.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.