Es cierto que en este mundo pasaremos por diferentes circunstancias. Muchas nos las habremos buscado por nuestras decisiones, pero otras, son cosas que pasan sin uno saber cómo ni por qué. Gracias a Dios contamos con su respaldo tanto en abundancia como en necesidad.
Son pruebas que pasaremos, tanto en abundancia como en necesidad y lo importante no es agobiarnos y mortificarnos. Respiremos profundo, calmémonos y recordemos que Dios está con nosotros. Dios nos ama, está a un llamado de distancia y siempre responde.
Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. Filipenses 4:12-13 (RVR 1960)
Muchos que viven en abundancia, se mortifican porque no tienen tiempo para dedicar a sus hijos. Son decisiones que debemos tomar. Y el deseo de la estabilidad en abundancia, nos lleva a darle prioridad a la productividad, pero entonces nos vemos en necesidad de distribuir mejor el tiempo.
Lo importante es tener paz, tanto en abundancia como en necesidad
Recordemos vivir para riquezas espirituales antes que las materiales. Si nos mantenemos en los caminos y normas de Dios, veremos Sus frutos, Sus bendiciones en nuestra vida. Tendremos la tranquilidad de saber que dejamos un legado que señala hacia Dios.
Vivir buscando de Dios, haciendo cada vez más profunda e importante la relación que tenemos con Él, nos dará Su paz. Viviremos con la confianza de contar con el que es más poderoso que cualquier cosa de este mundo.
Así experimentarán la paz de Dios, que supera todo lo que podemos entender. La paz de Dios cuidará su corazón y su mente mientras vivan en Cristo Jesús. Filipenses 4:7 (NTV)
Cuando creemos realmente en Dios, en Su gran poder y Su inigualable amor por nosotros, sabemos que no somos de este mundo. Por tanto, las cosas de este mundo no nos deben preocupar ni quitar el sueño. Vivimos aquí, pero nutriendo nuestro espíritu para llegar donde Dios con muestras de que vivimos por Él y para Él.
Oración del día
Dios amado y bendecido, vengo una vez más buscando Tu presencia para agradecerte primero que todo por Tu bondad, amor, protección y paz. Ayúdame a confiar cada día más en Ti, en ese gran amor que no tiene comparación y a estar bien en abundancia o necesidad, sabiendo que Tú eres mi Dios que me cuidas, me guías, me sostienes y provees todo lo que necesito. Que me ocupe yo más de nutrir mi espíritu y mi corazón. Te pido Tu ayuda en el nombre de Jesús, amén y amén. Gracias.
Aplicación
¿Cómo has hecho para nutrir tu espíritu y no quejarte o enfocarte en lo que no tienes?