No hay nada más grandioso que escuchar la voz de Dios, cuando Él te habla sus palabras van más allá del corazón.
A su voz se produce muchedumbre de aguas en el cielo, y hace subir las nubes de lo postrero de la tierra; hace los relámpagos con la lluvia, y saca el viento de sus depósitos.
Jeremías 10:13 (RVR 1960)
¿Cómo escuchar la voz de Dios?
Desde el principio, el Señor se ha ido comunicando de diferentes formas, como ser: de manera audible, por sueños, a través de sus siervos, por medio de la creación, por medio de su Palabra y por medio del Espíritu Santo.
Ante todo, para escuchar la voz de Dios, en la forma que Él quiera comunicarse, debemos disponer el corazón para escucharlo, creerle y obedecerle.
El Señor está cerca de todos los que lo invocan, sí, de todos los que lo invocan de verdad.
Salmos 145:18 (NTV)
No hagas oído sordo
Escuchar la voz de Dios no sólo es oír sino también es obedecerle. Cuando el rey David escuchó la voz de Dios, quien le habló por medio del profeta Natán para confrontar su pecado, él se volvió de su error con humildad y restauró así la comunión con su Padre Celestial.
Entonces dijo David a Natán: Pequé contra Jehová. Y Natán dijo a David: También Jehová ha remitido tu pecado; no morirás.
2 Samuel 12:13 (RVR 1960)
Cuando Dios te hable para volver de tu mal camino no tardes en escuchar y encaminarte en su verdad.
Su voz es lo que necesitas
La voz de Dios es alivio al alma quebrantada, es esperanza en la aflicción, es consuelo en el dolor, es fortaleza en la debilidad, es paz en medio de la tormenta; es en sí es todo que necesitas.
Habla con Dios en todo tiempo, sea bueno o malo, recibirás aquello que dará aliento a tu vida.
¡Escucha la voz de Dios que te dice cuánto te ama!
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.