Seguramente alguna vez escuchaste la frase “lo mejor de las visitas es cuando se marchan”, es una expresión famosa ya que a muchas personas no les gusta recibir invitados en su casa, no por maldad, sino porque se sienten incómodos; a algunos les molesta que cambie totalmente su rutina cuando alguien viene a verlos, pero otros gozan más de su independencia.
¿Te gusta recibir visitas?
Existe una cualidad que tiene que ver con ser amable con las personas que nos visitan y se llama “hospitalidad”; y se da cuando se ofrece una buena acogida y recibimiento a los visitantes, extranjeros o al que necesita. ¿Eres hospitalario? Al Señor le agrada que seamos amables con los demás y, en su tiempo, seremos recompensados por Él.
“La gente olvidará tus palabras, pero no tus acciones y como les hiciste sentir”
En diferentes partes de las escrituras el Señor nos pide que seamos hospitalarios con quienes visitan nuestro hogar. Ten en cuenta que tu actitud con el otro es fundamental, de esta manera reflejamos el amor por el prójimo que Dios nos manda a tener.
“Amar al prójimo como a uno mismo” es uno de los mandamientos principales y se demuestra al ser amables cuando tenemos una visita o alguien necesita nuestro apoyo.
¡Lo mejor sería que las visitas se marchen!
Permanezca el amor fraternal. No os olvidéis de la hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles.
Hebreos 13:1-2 (RVR 1960)
¿Quieres ser bendecido? Es fundamental que seamos amables y atendamos a nuestras visitas o al necesitado como si se tratara de personas enviadas del cielo; así cambiaremos de actitud y seremos generosos con nuestros invitados; quién sabe, Dios podría enviar un mensaje o una sorpresa por medio de ellos. Te aseguramos que ellos no lo olvidarán y el Señor tampoco.
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