Cuando Jesús estuvo en la tierra multitudes le seguían, pero muchos de ellos solo lo hacían porque esperaban recibir algo a cambio, un milagro, sanidad, liberación, etc. La Biblia dice que a Jesús le seguía una gran multitud a todas partes porque veían las señales milagrosas que hacía en los enfermos (Juan 6:1-2).
Hoy en día también vemos cómo millones de personas se acercan a Jesús porque necesitan una provisión o solución a sus problemas. Y no está mal pedir a Dios por alguna necesidad especial.
De hecho, Él mismo nos exhorta a pedir, buscar y perseverar en oración por nuestras necesidades. Por esa razón, podemos acercarnos confiados a Dios con nuestras peticiones y Él proveerá.
«Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?»
Mateo 7:7-11 (RVR 1960)
Lo que está mal cuando buscamos a Dios
Si bien podemos buscar a Dios para pedir por nuestras necesidades y sabemos que Él escuchará, hay algo que está mal, y es que ese sea el objetivo principal por el cual nos acercamos a Él. ¿A ti te gustaría que tu conyugue o ser querido te busque solamente porque necesitan obtener algo a cambio? Estoy seguro de que no. Imagínate que la persona que más estimas en este mundo solo te busque cuando necesite algo o cuando esté en problemas. ¿Cómo te sentirías? Seguramente triste, porque quisieras que tus seres queridos te busquen más que por una necesidad, por pasar tiempos de calidad contigo o porque quieren conocerte.
De igual forma sucede con el Señor, pues no quiere que le busquemos solo cuando necesitamos obtener algo de Él. Y si ese es el objetivo principal, entonces está mal la razón porque la cual nos acercamos a ÉL.
Dios no quiere que le sigamos como las multitudes
Dios quiere que lo conozcamos y anhela mantener una relación de amistad con nosotros. Así como la de un padre y su hijo. Cuando le buscamos, Él quiere saber cómo estamos, qué hemos hecho durante el día, si tenemos alguna duda sobre Él y demás.
Si hasta hoy has seguido a Jesús solo por conseguir algo, pídele a Dios que cambie esa manera errónea y búscalo para tener una relación de padre e hijo. Anhela buscar su reino y su justicia para que todas las demás necesidades que tengas sean suplidas, pero por añadidura.
«Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.»
Mateo 6:33 (RVR 1960)
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