La importancia del padre en la vida de la hija ha disminuido en la cultura popular. Sin embargo, padres presentes (con relaciones saludables) facilitan una ambiente de estabilidad para el crecimiento seguro de sus hijas.
En la cultura popular vemos mĂĄs a menudo a las madres como las Ășnicas responsables de la crianza de los hijos. Muchas no han tenido otra opciĂłn. Las madres son parte vital efectivamente y muchas han tenido que asumir el rol de padre y madre a causa de los padres ausentes. Sin embargo, papĂĄ tambiĂ©n es necesario en la vida de los hijos. El padre tiene un rol dado por Dios que es una herramienta clave para aportar a una nueva generaciĂłn de mujeres seguras de ellas mismas.
Dios, como Padre, hablĂł pĂșblicamente de JesĂșs para afirmarlo, diciendo:
Y una voz dijo desde el cielo: «Este es mi Hijo muy amado, quien me da gran gozo.
Mateo 3:17 (NTV)
La figura del padre proporciona:
- AfirmaciĂłn de identidad.
- Disminuye los miedos.
Los padres (y las madres) te impulsan a arriesgarte, a creer en tus capacidades; y son muchas veces un lugar seguro. En un mundo donde la discriminación de género estå presente, el padre puede ser ese lugar seguro que las hijas necesitan para contrarrestar los estereotipos.
Pero no es tan solo estar presente. El padre necesita tener una relación saludable con su hija, una relación basada en amor, protección y afirmación. No es solo dar instrucciones o regañar: es también saber escuchar y aconsejar.
Ante todas las cosas, es importante la enseñanza de las verdades espirituales, la Biblia nos dice:
Oh pueblo mĂo, escucha mis enseñanzas;
Salmo 78:1-8 (NTV)
abre tus oĂdos a lo que digo,
porque te hablaré por medio de una paråbola.
Te enseñaré lecciones escondidas de nuestro pasado,
historias que hemos oĂdo y conocido,
que nos transmitieron nuestros antepasados.
No les ocultaremos estas verdades a nuestros hijos;
a la prĂłxima generaciĂłn le contaremos
de las gloriosas obras del Señor,
de su poder y de sus imponentes maravillas.
Pues emitiĂł sus leyes a Jacob;
entregó sus enseñanzas a Israel.
Les ordenĂł a nuestros antepasados
que se las enseñaran a sus hijos,
para que la siguiente generaciĂłn las conociera
âincluso los niños que aĂșn no habĂan nacidoâ,
y ellos, a su vez, las enseñarån a sus propios hijos.
De modo que cada generaciĂłn volviera a poner su esperanza en Dios
y no olvidara sus gloriosos milagros,
sino que obedeciera sus mandamientos.
Entonces no serĂĄn obstinados, rebeldes e infieles
como sus antepasados,
Padres presentes, hijas seguras
Un padre presente en la vida de su hija es de vital importancia. Sin embargo, tambiĂ©n es lo que aporta. No es tan solo estar presente. Es estar presente y cumplir con el cuidado y guĂa en la Palabra De Dios.
La enseñanza espiritual es tan importante que Dios lo deja establecido en Su Palabra, y establece el resultado (los beneficios) que trae esa instrucciĂłn: hijos que nos serĂĄn rebeldes ni infieles. Ambos padres tienen una responsabilidad enorme. La vida espiritual de sus hijos no se le puede dejar como tarea Ășnicamente a la iglesia. Tampoco deberĂa ser una responsabilidad de un solo de los dos padres.
La educaciĂłn cristiana debe incluir modelar al Padre por excelencia. Dios nos ama, nos instruye, nos cuida, provee para nosotros. Cuando un padre es capaz de emular estas caracterĂsticas de nuestro Padre celestial, se estĂĄ asegurando de que sus hijas (e hijos) crezcan seguros.
El siguiente crĂ©dito, por obligaciĂłn, se requiere para su uso por otras fuentes: ArtĂculo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.