Si desconociéramos qué nos espera como cristianos al final de la vida terrenal, nuestra fe no podría ser sostenida por mucho tiempo frente a las diversas circunstancias que enfrentamos. Sin embargo, Dios nos dejó en claro cuál es nuestra esperanza: la vida eterna, el estar con Dios. ¿No es motivo para tener una alegría inmensa?
Así que alégrense de verdad. Les espera una alegría inmensa, aunque tienen que soportar muchas pruebas por un tiempo breve.
1 Pedro 1:6 (NTV)
La alegría y las pruebas no se relacionan bien, pues difícilmente alguien estaría alegre pasando por un valle de problemas. A pesar de no tener motivos aparentes para alegrarnos, nuestra fe en las promesas de Dios son nuestro aliento, lo que nos hace levantar y seguir adelante.
La fe mantiene la alegría inmensa
El gozo no es instantáneo, debe ser encendido por la fe en Dios, y la fe viene por oír Su Palabra, por una relación diaria y constante con Él. Y las pruebas son las que ayudan a relucir la confianza que tenemos en nuestro Padre.
En ocasiones puede que nos falte fe, pero de un modo u otro el Señor nos ayuda a que no la perdamos y más bien la fortalezcamos.
Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.
Romanos 10:17 (RVR 1960)
La fe y la alegría inmensa que nos espera deben ser nuestros alicientes diarios, porque nos sobran motivos para estar contentos y alegres como cristianos, sin dejar de lado lo que enfrentamos.
Alimentemos a diario la confianza en Dios con Su Palabra para mantenernos firmes hasta que nos llame a su presencia.
Oración del día
Padre, gracias porque hoy recuerdo, y lo mantendré presente, que no soy de este mundo. Tú me diste la promesa de la salvación por la fe en Jesucristo, y por ello me alegro y me gozo. Gracias por tus promesas y porque en cada prueba tú estás conmigo y no me dejarás. Gracias por tu amor y fidelidad, en el nombre de Jesús, amén.
Aplicación
En medio de las dificultades o pruebas, ¿qué haces para no desmayar y mantenerte esperanzado en Dios?