Muchas veces tratamos de dar definiciones muy elaboradas para explicar algo que nos cuesta entender racionalmente, como cuando alguien nos pide que expliquemos qué es un milagro.
La respuesta acertada
Un pastor preguntó a su congregación: ¿Qué es un milagro?
Varios de los presentes intentaron dar una respuesta, pero casi todas eran desacertadas. Hubo alguien que dijo: «Es una parábola en acción», y otras definiciones no menos confusas.
Por fin se levantó una niña que expresó la idea más acertada y más clara, en palabras infantiles:
- Es algo que nosotros no podemos hacer, pero Jesús puede.
Como niños
A medida que crecemos solemos complicar más nuestras respuestas y tratamos de buscar aquellas que nos hagan ver como más intelectuales y entendidos. Sin embargo, cuando queremos explicar o entender algo sobrenatural, ese razonamiento no encaja.
Si tenemos el corazón como los niños y creemos lo que Dios dice, sin cuestionar ni buscar racionalizar las cosas, podremos ser testigos de milagros en nuestras vidas, porque si confiamos en el Señor, de todo corazón, no seremos avergonzados.
Como nos dicen las Escrituras: «Todo el que confíe en él jamás será avergonzado».
Romanos 10:11 (NTV).
Y para ti, ¿qué es un milagro?
Todos vivimos milagros todos los días. Desde que despertamos, el poder abrir los ojos una vez más es un milagro, ¿cuántas personas ya no despertaron hoy? El alimento, el trabajo, la ropa que tenemos son una bendición de nuestro Padre.
La salud es otro milagro, no debes dar por sentado que todas las personas tienen salud, esa es una bendición de Dios porque mucha gente batalla con enfermedades que incluso son un enigma para la ciencia.
Y existen muchos otros milagros de los que no somos conscientes porque no sabemos de cuántas cosas nos ha guardado Dios.
Puede ser que creas que los milagros solamente sea lo que vemos relatado en la Biblia, cuando Jesús resucitaba muertos, daba vista a los ciegos, multiplicaba los panes y los peces; y es verdad, Él sigue haciendo esos milagros pero hay muchos otros que los vivimos día a día sin darnos cuenta y son milagros porque son cosas que solamente Dios puede hacer.
Si estás atravesando por alguna circunstancia que humanamente no tiene solución o no encuentras una salida, necesitas un milagro. Entrégale a Dios ese problema porque solamente Él puede hacer algunas cosas.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.