Si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora, y me busca y abandona su mala conducta, yo lo escucharé desde el cielo, perdonaré su pecado y restauraré su tierra.
2 Crónicas 7:14 (NVI).
Dios anhela escuchar nuestro clamor, pero no podemos dirigimos a Él cuando aún cargamos en nuestro corazón con malos pensamientos y conductas que no le agradan, ya que esto es como una barrera que impide que pueda obrar en nuestros anhelos. Por tanto, no podemos esperar que Dios nos escuche y nos bendiga mientras no dejemos nuestras iniquidades.
Sin embargo, si nos arrepentimos verdaderamente y renunciamos a estas cosas, Dios promete no solo escuchar sino también perdonar y restaurar nuestras vidas. Teniendo en cuenta esto, el Señor puede responder tu oración mientras te vuelvas a Él de corazón, te arrepientas y dejes tus malos caminos.
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