¿Quiénes fuimos? ¿Qué importa? Estas son dos preguntas recurrentes cuando los años van trazando su huella en los pliegues de la piel y en los intersticios del corazón. Por eso, es imposible no pensar en la belleza de la juventud, cuando nos creíamos inmortales.
Por supuesto, Pablo Neruda sabe decirlo con una belleza que no tiene desperdicio:
Tal vez llegará un día en que un hombre y una mujer, iguales a nosotros, tocarán este amor, y aun tendrá fuerza para quemar las manos que lo toquen. ¿Quiénes fuimos? ¿Qué importa?
Pablo Neruda, La carta en el camino
Tal vez era el amor de los veinte años, intenso y arrollador como tormenta de verano. También, es posible que fuera esa libertad infinita de la que gozábamos, lejos de la cruda rigidez del reglamento.
O simplemente, la vida. Lo que fuera o todo eso junto, era el amor. El amor a la vida.
¿Quiénes fuimos? Fuimos polvo en el viento y al mismo tiempo realidad poderosa, llena de fuerza e intención.
¿Qué tiene el recuerdo?
¿A que viene toda este borbollón de palabras? Un encuentro bendecido con alguien del ayer.
La higuera bajo la cual organizábamos los juegos de recreo, hace sesenta años, que volví a ver ayer pasando por mi escuela primaria.
Antiguas fotos que abrieron las compuertas de la memoria, con su perfume de lavandas, caminatas misteriosas en la madrugada y Samba pa’ ti.
Anteayer pasé por la vieja estación de tren del pueblito de Retiro. Está abandonada. La madera reseca resiste la muerte vegetal. Todavía están las ventanas que me vieron a los cinco años y el patio donde nos esperaba la carreta de bueyes.
Todo pasa, todo queda
Lo que sucede es que todo pasa. Pero igual nos queda como un dolor que es a la vez dulce y profundo. Nos evoca un sentimiento que no nos lastima, sólo arranca una lágrima escondida.
¿Quiénes fuimos? ¿Qué importa? Importa porque aquellos años fueron forjando el carácter. Definieron las decisiones que hicimos, dolorosas o felices. Marcaron el camino. Nos formaron a golpes de ensayo y error. Sin embargo, ahí está todo, como huella indeleble.
¿Quiénes fuimos? ¿Qué importa? Amo lo que fui, amo lo que soy. Y por lo mismo, anhelo fervientemente lo que seré para amarlo con la misma fuerza de siempre.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.