El medio de comunicación tiene una responsabilidad superior que lo trasciende, que va más allá de sus particulares intereses. Como expliqué en el artículo anterior, me preocupa más la calidad que la excelencia. Porque uno puede hacer con excelencia algo reprobable o socialmente dañino.
En cambio, la calidad se relaciona con el qué, con la médula de la misión comunicativa. Sé que suena un poco abstracto, pero esto es lo que hace falta: directivos de medios que sean culturalmente educados en el modo que he explicado aquí antes.
Es decir, deben comprender la relación que existe entre todos los temas públicos. Es en este sentido que tienen una responsabilidad superior.
El entretenimiento tiene su lugar
Dejé claro en el último artículo mi crítica a la banalización del entretenimiento en los medios. Se hace necesaria una aclaración. Existe un lugar y un tiempo para la entretención en todos los medios. No soy un tonto grave. La risa es una cosa saludable y debe ser reconocida como un factor social.
Pero debe ser incorporada con respeto, con imaginación, con originalidad. Debe ser capaz de profundizar en los hechos y no ser simple la estúpida réplica de memes y gags; no debe ridiculizar o atacar. Eso también una responsabilidad superior.
Esfuérzate en la comprensión del medio
Deben entender lo que pasa en el mundo. Leer de internet noticias y artículos de divulgación científica de una universidad llena espacio en forma bonita. Pero representa la incapacidad de los productores y presentadores de hacer su propio análisis de la realidad.
Pero para hacer eso, necesitan entender lo que pasa y ser capaces de comentar, criticar o reconocer lo bueno.
¿Cuáles son las causas de los problemas públicos, nacionales e internacionales? ¿Qué factores desencadenan las crisis? ¿Cuáles podrían ser los caminos o decisiones que mejoren la situación? Aportar esas ideas refleja una responsabilidad superior.
La misión del medio no es obtener prosélitos para tu causa
Desde el instante que medio de comunicación tiene la intención que la audiencia venga a formar parte de cierto proyecto o idea, instrumentaliza el mensaje.
El mensaje instrumentalizador es el que hacen los políticos, por ejemplo. Te dicen una serie de cosas que quieres oír para que votes por ellos. El interés en realidad no está en tu persona, sino en tu voto.
Si desean ser un medio con una responsabilidad superior, contribuyan a que la gente tenga más y mejores elementos de juicio para tomar mejores decisiones, decisiones en libertad, aunque no sean las que nosotros deseamos.
No tengas una “pauta blanca”
La pauta blanca, al menos en el tiempo de mi formación profesional, era la línea editorial que bajan la dirección o los propietarios del medio.
Defino pauta blanca como las normas que establecen, por ejemplo: de estos temas no podemos hablar, no vamos pronunciar ciertas palabras, vamos a hablar en favor de estas personas, no vamos a promover cierta música, nos vamos a situar en este lado de la grieta.
Semejante línea editorial destruye lo esencial del medio, le roba la imparcialidad, la amplitud y la calidad. Es una renuncia vergonzosa a una responsabilidad superior: educar, informar, entretener para la libertad.
Estos y otros temas se encuentran en mi libro “La palabra en su laberinto”, disponible en formato digital en benjaminparraarias.wordpress.com
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.