Para aclarar a todos qué sea esto de palimpsestos de la libertad se hace necesaria una definición. Un palimpsesto es un texto, un manuscrito que se ha borrado para escribir sobre él un texto nuevo. Entonces veamos cuántos palimpsestos se han escrito, uno sobre otro, con el tema de la libertad.
Cuántas veces y cómo se ha reescrito el significado y el alcance de la libertad es un gran tema para reflexionar. Si Jesucristo es Dios y Dios es Jesucristo, entonces debemos coincidir en que sus palabras son las originales al respecto:
Y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres… Así que si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.
Juan 8:32 y 36 (RVR1960)
Los primeros palimpsestos de la libertad
Piénsese en las primeras reescrituras acerca de aquellas poderosas palabras.
Los concilios convocados por la iglesia a través del tiempo buscaban precisar qué fue lo que dijo e hizo el Señor y de lo que significa el evangelio.
Debatir sobre semejantes asuntos es sano y alentador. Pero el aspecto virtuoso se destruye cuando las conclusiones son impuestas por la fuerza a la grey.
En tales casos, desconocer esa autoridad significa ser sancionado o excluido del cuerpo de creyentes. En algunas épocas, el castigo por semejante desobediencia a la autoridad consistía en ser apedreado, descuartizado, torturado o quemado. No exagero. La historia es rica en ejemplos.
En otras épocas, había que comprar el acceso a esa tremenda libertad. Una persona que invocaba la representación exclusiva del magisterio del Señor determinaba las condiciones en que la libertad podía ser otorgada a los creyentes.
Reescrituras en la época presente
Una cosa interesante de observar respecto de los palimpsestos de la libertad es lo que ocurre hoy en las instituciones cristianas. La estructura institucional se constituye en madre y maestra. Ella se arroga la autoridad final sobre la interpretación. Se eleva a la condición de medio de gracia.
Casi como que ha asumido la idea de que fuera de la comunidad “nadie se salva”. La verdad de Cristo está confinada dentro de los límites institucionales.
Esto no debe ser así, amigas y amigos.
Se dice que Martín Lutero, a quien tanto venera la iglesia cristiana, afirmó una vez lo siguiente:
Si no se me convence mediante testimonios de la Escritura y claros argumentos de la razón —porque no le creo ni al papa ni a los concilios ya que está demostrado que a menudo han errado, contradiciéndose a sí mismos—, por los textos de la Sagrada Escritura que he citado, estoy sometido a mi conciencia y ligado a la palabra de Dios. Por eso no puedo ni quiero retractarme de nada, porque hacer algo en contra de la conciencia no es seguro ni saludable. ¡Dios me ayude, amén!
Palabras finales de Martín Lutero ante la dieta de Worms el 16 de abril de 1521. Las cursivas son mías
Parece que hay que retroceder en el tiempo, borrar los palimpsestos de la libertad y estacionarse en las palabras de Jesús, una vez más.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.