A propósito de la campaña “Mira más allá” de CVCLAVOZ, hablamos sobre la fe en el programa Uno nunca sabe. Fue, a todas luces, una reflexión lateral sobre fe, certeza y convicción. Incluso han decidido nombrar el segmento como “Otra perspectiva” en lugar de “Entrelíneas” por la naturaleza de mis intervenciones.
Otra perspectiva no es un capricho conceptual, amigas y amigos. Ni una pose mediática. Quienes han seguido mis escritos e intervenciones lo saben. Soy partidario ferviente del pensamiento crítico y de la autocrítica responsable.
Fe, certeza y convicción
Se acude de inmediato a esta nota de Hebreos cuando se habla de fe:
Es, pues, la fe, la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.
Hebreos 11:1 – RVR1960
Una primera reflexión es poner el acento en certeza y convicción. Me parece a mí que las personas creen que la fe es eso. Piénsese por un momento que certeza y convicción no sean la sustancia de la fe, sino la actitud que se tiene respecto del contenido de la fe.
Siendo así, la fe sería lo que se espera, lo que no se ve. Esa sería la sustancia de la fe. El acontecimiento que cristaliza la esperanza y lo invisible.
Es posible por supuesto que esto no sea más que una especulación. Pero quisiera explicar por qué creo necesaria esta reflexión lateral sobre fe, certeza y convicción.
Compliquemos un poco las cosas
Voy a traer de nuevo a su consideración la siguiente cita que les propuse hace unos meses:
La creencia es la insistencia ciega y obstinada en que la verdad sea la que uno quiere o desea que sea… La fe, a su vez, es una apertura sin reservas de la mente a la verdad, sea esta la que fuere, y adopte la forma que adopte.
La sabiduría de la inseguridad, Alan Watts, sacerdote anglicano, teólogo inglés
La fe es algo que se espera, que no se ve. No es algo actual, sino posible. Entonces, se constituye como algo potencial, no como un hecho. La creencia no permite que sea algo potencial, sino insiste en que es un hecho.
La fe es humilde. Convicción o certeza no son contrarias a la humildad. Uno puede estar fuertemente animado por la idea de algo posible. Pero acepta el hecho de que puede ocurrir otra cosa o puede simplemente no ocurrir.
La mayoría de los creyentes no tienen esa humildad. Incluso algunos se jactan de que algo va a ocurrir como ellos creen. O lo afirman hasta que, eventualmente, los hechos les demuestran lo contrario.
Esta reflexión lateral sobre fe, certeza y convicción tiene el objeto de promover preguntas sobre las cosas que a veces, arrogantemente, damos por sentado.