La psicóloga Debora Pedace comparte consejos útiles para ayudar a un amigo o familiar que padece de algún trastorno psicológico.
En el segmento Viernes de terapia, Debora Pedace contó que desde su infancia, siempre tuvo un interés particular por ayudar a las personas que estaban cerca: a sus amigos de clase, a sus familiares, o a cualquier persona que notaba preocupada. Sentir que podía aportar algo significativo en sus vidas la complacía.
Luego, cuando creció y decidió estudiar la carrera de psicología, confirmó esta inquietud y adquirió herramientas para orientar y ayudar a las personas; pero esta vez, con herramientas psicológicas capaces de producir cambios en todo el que tenga alguna motivación o determinación para hacerlo.
Hoy en día, se encuentra con muchas personas que le dicen que no saben cómo ayudar a ese familiar que padece una depresión profunda; a ese hijo rebelde a quien no pueden controlar o a ese amigo inmerso en situaciones difíciles de las cuales no puede salir.
Por esta razón considera que sería oportuno compartir algunas de las herramientas que hoy utiliza y recomienda; y que son especialmente para ayudar a alguien que padece algún trastorno psicológico; que están angustiadas o que no cuentan con los recursos psicológicos necesarios para poder mirar su situación en perspectiva.
Hoy más que nunca se han incrementado las consultas por trastornos psicológicos, y es fundamental aprender a detectar qué conductas requieren ayuda profesional. Aprender de este tema, sumado a una palabra oportuna en un momento justo, puede abrir paso al camino que lleva al proceso de cambio.
Herramientas para ayudar a alguien que padece algún trastorno psicológico
En Uno nunca sabe hablamos sobre las herramientas que necesitamos para ayudar a un amigo que padece algún trastorno psicológico; como por ejemplo:
- Ofrécele un espacio seguro.
- Escucha activamente, sin juzgar ni presionar.
- Dale tiempo.
- Tenle mucha paciencia.
Por otro lado, es importante que le ayudes a planificar ciertas actividades que le saquen de su malestar al menos por un tiempo; por ejemplo, ayudarles a ponerse metas que les ayuden a enfocarse en otras cosas que no tengan que ver con el trastorno.
Y por último, no te creas suficiente, muchas veces a tu ayuda amistosa hay que sumarle la intervención de un profesional.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.