Una de las lecciones más importantes que aprendí cuando comencé a estudiar periodismo fue a reírme de mí misma. Por supuesto que en plena adolescencia el cómo tener sentido del humor no es algo muy sencillo de descubrir porque es la etapa en la que (sin saber por qué) te empieza a importar demasiado la opinión que otros tienen de ti.
Recuerdo estar en el salón de clases. El profesor —quien por cierto fue uno de los mejores que pude haber tenido y la persona más idónea de quien pude haber aprendido— nos indicó que nos iba a asignar a todos un animal distinto.
A mí me tocó la guacharaca, un ave vocinglera. Es decir, un ave que da muchas voces o hace sonidos muy recios. También guacharaca se usa coloquialmente para referirse a una cotorra, que viene a ser lo mismo que una persona muy habladora, alguien que habla mucho y vanamente.
Te podrás imaginar mi cara que, por cierto, para ese momento yo no tenía ni idea de cúal sonido podía parecerse más al de la guacharaca. Y cuando el profesor me dijo:
—Necesito que imites al animal que te asigné.
Yo me empecé a sonrojar. No había empezado a hacer nada cuando la verguenza me estaba ahogando.
El amor al ridículo
No fui la primera en iniciar este ejercicio (¡GRACIAS A DIOS!) Pero no podía evitar pensar en lo ridícula que me vería. Tampoco entendía por qué estabamos ahí haciendo este ejercicio.
Sin embargo, la reacción inevitable de cada alumno, luego de imitar al animal que le tocaba, era reírse. Es que era invitable. Nos causaba mucha gracia. Además hacer una imitación es algo tan subjetivo que hacía este ejercicio aún mejor jajaja la creatividad se hizo presente también.
Por definición, según la Real Academia Española, ridículo es un adjetivo en el que algo o alguien por su rareza, o quizás extravagancia, mueve o puede mover a risa.
¡RISA! Cuánta dicha hacer el ridículo. Definitivamente la sensación de disfrutar la vida viene de la mano del humor. Aprende a reírte más, tómate todo menos personal. Se vive más ligero.
Es la clave de la vida
¡El humor! ¿Cómo tener sentido del humor? ¡Aprende a reírte de ti mismo! Esa fue mi gran lección ese día. Estaba empezando la carrera universitaria pero no sabía que aquel ejercicio me ayudaría tanto para la vida misma.
Por supuesto que dedicarse al periodismo o estudiar para convertirte en un profesional de la comunicación social, y por ende, vivir constantemente expuestos a la reacción, comentarios, opiniones y expectativas de las personas, puede llegar a ser agotador.
Sin embargo, la clave es aprender a tener sentido del humor en la vida. Te quitas un gran peso de encima cuando no vives para sacrificarte por mantener una imagen perfecta sino que aprendes a reírte de ti. Ser más tú y menos como otros piensan que deberías ser.
La identidad del humor
Ahora bien, solo alguien que ha entendido quién es y tiene muy clara su identidad como ser humano, es alguien que puede aprender a reírse de sí mismo sin problemas. Se aprende desde: la humildad, el reconocimiento, una identidad sana.
Quién soy en Jesús
Si aún no tienes una imagen clara sobre ti mismo, te invito a conocer a tu creador: Dios. Lee la Biblia y descubre lo que Dios dice de ti, por qué te creó, qué desea que seas y hagas. Esa es la mayor hazaña que podemos alcanzar porque a partir de allí todo fluye saludablemente.
Claro está, debes tomar decisiones para lograrlo. ¿Te animas? ¿Qué es lo peor que puede pasar? ¿Que alguien se ría de ti? Ríete con ellos y sigue adelante. Disfruta el viaje con humor.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.
Real Academia Española. (s.f.). Ridículo. En Diccionario de la lengua española. Recuperado el 29 de noviembre de 2022, de https://dle.rae.es/rid%C3%ADculo?m=form