Delegar reduce el estrés. Saber delegar es un regalo de doble vía. Compartir la carga del trabajo es un alivio para el líder o persona que tiene una posición de autoridad; y es un voto de confianza para aquel que está aprendiendo y desarrollándose en un trabajo.
Jesús es el mejor ejemplo de ser un líder que capacitó a sus discípulos. Él cumplió su llamado, pero compartió la responsabilidad de continuar con la gran comisión. Los capacitó para confiarles la extensión de las buenas nuevas de salvación. Los discípulos a su vez instruyeron y dejaron ese legado a otros, permitiendo que el Reino avanzara y creciera año tras año.
Es muy importante honrar los que nos preceden y valorar tanto el trabajo como el esfuerzo invertido en lo alcanzado. Toda cosecha es el resultado de una siembra; cosecha que algunas veces ellos no pueden ver pero otros pueden disfrutar y ser beneficiados.
Delegar reduce el estrés
Hoy nosotros disfrutamos de lo que otros sembraron. ¿Pero cómo asegurar que las próximas generaciones disfruten al igual que nosotros? La respuesta es la multiplicación. Delegar reduce el estrés y asegura la continuidad.
Delegar puede parecer aterrador al principio si piensas que vas a perder el control, pero si amplías la visión descubrirás crecimiento y continuidad. Saber que se delega la tarea no la responsabilidad también te ayudara en el proceso. Al delegar la tarea permitirás que otro crezca. Aún más al conocer que has depositado tu confianza en él o ella impulsarás su deseo de triunfar, y asegurarás la continuidad del proyecto.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.