¿Puede un cristiano acudir a la psicología? Aunque la respuesta a esta pregunta puede parecer sencilla, bastaría con afirmar que si un cristiano necesita consultar un psicólogo, lo debe hacer. Sin embargo es necesario tener en cuenta, que existen personas que tienen la idea que no esta bien que un cristiano busque ayuda en la psicoterapia. Estos llegan a asegurar que la psicología en la iglesia ha ocupado el lugar del mensaje del Evangelio.
No todos son iguales
Según el pastor y psicólogo Ivan Castro, esto no es del todo cierto. Lo primero que debemos hacer antes de rechazar estas afirmaciones como absurdas, reconocer, que muchos de los que no aceptan la psicoterapia para creyentes, lo hacen, porque han visto un mal ejemplo de parte de algunos psicólogos. Incluso también de algunos consejeros cristianos. Algunos han sustituido el mensaje del Evangelio, por conceptos psicológicos. Es decir, han hecho una psicologización del cristianismo y además, han reemplazado la obra del Espíritu Santo, supliéndola con las técnicas de intervención de la psicología. Pero no todos son iguales.
La psicología es una ciencia
En segundo lugar, hay que decir, que un cristiano que consulta a un psicólogo, normalmente lo hace, porque reconoce que la psicología es una ciencia. Como cualquier otra disciplina científica debe provenir de Dios, el verdadero Padre de la ciencia.
«El principio de la sabiduría es el temor de Jehová;Los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza.»
Proverbios 1:7 (RVR1960)
«Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada»
Santiago 1:5 (RVR1960)
De manera que si alguien se rehúsa a asistir a psicoterapia por ser creyente, tampoco debería acudir a médicos, psiquiatras, neumólogos, neurólogos u oncólogos, ya que estos también son campos científicos.
Dios no se ofende si buscas ayuda
En tercer lugar, buscar ayuda cuando se tiene un problema es natural. Dios no se ofende porque un hijo suyo intente resolver sus problemas emocionales, existenciales, conflictos relacionales o enfermedades mentales. Dios es bueno, Él no quiere que los seres humanos sufran. El Padre envió a su hijo Jesucristo al mundo, y una de las cosas que Él hizo fue liberar a las personas de sus angustias y sufrimientos (Hechos 10:38). No deberíamos pensar que a Dios le ofende que busquemos ayuda para aliviar nuestro dolor.
Dios es capaz
Por último, sabemos que Dios puede restaurar totalmente la vida de una persona, sin la intervención de nadie más, ya sean psicólogos, psiquiatras, médicos, ni especialista alguno. El Señor Jesús resucitó a Lázaro, quien ya tenía cuatro días de muerto, (Juan 11:38-44). También liberó sin ayuda alguna al hombre de Gadara que estaba invadido de demonios, y como consecuencia de eso, era violento, autodestructivo, inmoral y solitario (Marcos 5:1-13).
Algunas veces, por razones que no entendemos, Dios no actúa directamente, sino que se vale de profesionales de la salud física y mental para ayudar a las personas. Aun en estos casos, es necesario darle el reconocimiento a Él. Sin Su dirección es imposible sanar. De tal manera, que todo creyente que asista a psicoterapia debería recordar que, al final siempre es Dios quien hace la obra y por lo tanto es quien merece todo el mérito, Dios es el médico por excelencia.
«Y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador.»
Éxodo 15:26 (RVR1960)