No hay una medida en específica en la que podamos cuantificar nuestra necesidad de Dios, ya que es algo constante que nuestra alma precisa.
Necesitas ser llenado día a día
Cuando el pueblo de Israel pasaba por el desierto hacia la Tierra prometida, recibieron de Dios el maná del cielo, este tenía una particularidad, solo podían recoger una porción para el día y no más.
Y Jehová dijo a Moisés: He aquí yo os haré llover pan del cielo; y el pueblo saldrá, y recogerá diariamente la porción de un día, para que yo lo pruebe si anda en mi ley, o no.Mas en el sexto día prepararán para guardar el doble de lo que suelen recoger cada día.
Éxodo 16:4-5 (RVR 1960).
La porción que Dios nos ofrece es para cada día, y cuando no tomamos de esa porción pues corremos peligro, pues sutilmente nuestra alma va desconectándose del Señor, haciendo que nos enfriemos en la fe.
Cuando eso pasa, cambian nuestras prioridades, se antepone nuestra voluntad y querer, antes que la de Dios. Buscamos y nos preocupamos por cosas pasajeras y efímeras. Mas la voluntad de Dios es distinta, nos dice claramente:
Busquen el reino de Dios por encima de todo lo demás y lleven una vida justa, y él les dará todo lo que necesiten.
Mateo 6:33 (RVR 1960).
Necesitamos ser llenos de Dios, buscarlo de corazón a diario y con humildad, para que no se apague la llama de su presencia en nuestra vida.
Dios tiene mucho para dar
Su presencia no tiene límite, cada experiencia que pasamos con Él nos enseña de su amor, nos lleva a conocerlo con profundidad, en diferentes situaciones su respuesta siempre será la mejor.
Oh Dios, tú eres mi Dios; de todo corazón te busco. Mi alma tiene sed de ti; todo mi cuerpo te anhela en esta tierra reseca y agotada donde no hay agua.
Salmos 63:1 (NTV).
Dios está dispuesto a darte de su presencia, no dudes en acercarte a Él y decirle cuanto lo necesitas, sin duda su respuesta llenará tu corazón.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.