Tenemos un enemigo en común, que busca alejarnos de Dios de muchos modos, uno de ellos es el sembrar la duda acerca del Señor en nuestra vida.
Con este engaño, desde el principio, hizo que Eva dude de Dios, y hoy en día el enemigo sigue usando esta estrategia, aprovecha toda situación para que desconfiemos de nuestro Padre.
Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?
Génesis 3:1 (RVR 1960).
No caigas en su trampa
¿En alguna ocasión dudaste de Dios? Es probable que sí, porque no viste una respuesta a tu oración o las cosas no pasaron como esperabas, y en vez de soluciones solo se presentaron muchas complicaciones.
Cuando estamos pasando por ello, cuando dudamos, debemos recordar no solo las promesas de Dios sino también que tenemos un enemigo que quiere que nos alejemos de nuestro Padre, para poder atacarnos y hacernos caer.
Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar.
1 Pedro 5:8 (RVR 1960).
Evita el engaño con la verdad
Dios actúa siempre con la verdad, no nos engaña. Así que, debemos permanecer en su Palabra y en la comunión con Él para no caer en las trampas del enemigo.
Si descuidamos la verdad, sin duda el enemigo aprovechará para sembrar la duda, pero si nuestra fe crece y se aferra a quién es Dios, no caeremos en su trampa.
Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.
Juan 8:31-32 (RVR 1960).
Cuando pases por valle de sombra, recuerda quién está a tu lado, y si la enfermedad te aqueja, ¿quién es tu sanador?; si te falta algo ten presente quién es tu proveedor.
Señor, solo tú eres mi herencia, mi copa de bendición; tú proteges todo lo que me pertenece. La tierra que me has dado es agradable; ¡qué maravillosa herencia! Bendeciré al Señor, quien me guía; aun de noche mi corazón me enseña. Sé que el Señor siempre está conmigo. No seré sacudido, porque él está aquí a mi lado.
Salmos 16:5-8 (NTV).
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