Antes de conocer a Jesús éramos esclavos del pecado y estábamos perdidos. Pero Dios envió a alguien para compartirnos el mensaje de salvación y acercarnos a Él. Esa persona vino con todo amor y misericordia para acercarnos a Dios. Nos habló de lo que hizo nuestro Señor Jesucristo y nos mostró su amor.
Algunos estábamos a punto de cometer errores lamentables creyendo que la muerte era la única solución a nuestros problemas. Muchos éramos esclavos de algún vicio o adicción. Otros a punto de perder nuestra familia o en una situación critica económicamente. Pero gracias a esa persona que nos hablo de Jesús, hoy tenemos esperanza y vivimos confiados en nuestro Señor y Salvador.
Debemos actuar
Así como nosotros estábamos antes, hoy en día hay personas que están intentando cambiar sus vidas. Muchos están cansados del pecado y de sus consecuencias, pero el estado en el que se encuentran los tiene sin esperanza.
Por lo tanto, nosotros que conocemos al médico que los puede sanar y el camino para llegar hasta Él, debemos actuar.
Entró Jesús otra vez en Capernaum después de algunos días; y se oyó que estaba en casa. E inmediatamente se juntaron muchos, de manera que ya no cabían ni aun a la puerta; y les predicaba la palabra. Entonces vinieron a él unos trayendo un paralítico, que era cargado por cuatro. Y como no podían acercarse a él a causa de la multitud, descubrieron el techo de donde estaba, y haciendo una abertura, bajaron el lecho en que yacía el paralítico. Al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados.
Marcos 2:1-5 (RVR 1960)
Nuestra actitud debe ser la misma que las personas que llevaron al paralítico hasta Jesús; al ver a cualquier persona que no lo conozca, debemos hacer todo lo necesario para que llegue hasta el Señor y tengan un encuentro personal con Él.
Recordemos que alguien nos acercó hasta Jesús y ahora nosotros debemos hacer lo mismo.
Entonces les dijo: «Vayan por todo el mundo y prediquen la Buena Noticia a todos.
Marcos 16:15 (NTV)
La solución está en Jesús
Nuestro Dios es poderoso para perdonar, salvar, restaurar, sanar, cambiar, proveer, alentar y mucho más. Lo único que debemos hacer es acercar a las personas a Él.
Empieza hoy mismo a compartir el mensaje de Dios.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.