Muchos desean olvidar el dolor que dejó este tiempo, por lo cual, esperan el año nuevo con la esperanza de «empezar de nuevo» y dejar atrás el pasado; en especial si fue difícil o doloroso.
José olvidó el dolor
Si a alguien le costaría olvidar el dolor, ese sería José. Fue vendido por sus hermanos (a quienes amaba), fue separado de su padre desde la adolescencia sin poder despedirse, lo trataron como un esclavo, fue calumniado y acusado injustamente por no pecar. Pasó un tiempo considerable en la cárcel hasta que se acordaron de él.
Y llamó José el nombre del primogénito, Manasés; porque dijo: Dios me hizo olvidar todo mi trabajo, y toda la casa de mi padre.
Genesis 41:51 (RVR 1960).
José sufrió muchísimo, pero en su tiempo puso a su primer hijo el nombre de Manasés que significa «olvido». Esto se debió a que pudo olvidar el dolor del pasado, los sufrimientos anteriores de su vida.
La aflicción trajo frutos
Y llamó el nombre del segundo, Efraín; porque dijo: Dios me hizo fructificar en la tierra de mi aflicción.
Genesis 41:52 (RVR 1960).
El segundo hijo que tuvo José también tiene un significado especial, porque muestra que también pudo olvidar el dolor, ya que la aflicción trajo frutos. El dolor no le impidió crecer, por supuesto que fue difícil estar en su lugar, pero recordemos que no lo hizo solo, nunca se soltó de la mano del Señor.
¿Tú pudiste avanzar?
No podemos ser bendecidos hasta olvidar el dolor. La amargura, el rencor y los deseos de venganza, no permiten que nuestro corazón sane las heridas, por tanto, nos quedamos estancados en el pasado, rechazando lo nuevo que viene del Señor.
Si quieres empezar de nuevo y dar pasos de avance en tu vida, primero debes «perdonar». Decide sanar tu corazón y salir adelante; el Señor te ayudará a dar el paso a paso en tu restauración y en la gran bendición que está por delante.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.