¡Estoy muy enojado con Dios! ¡nada me sale bien!

¡Estoy muy enojado con Dios! ¡nada me sale bien!

¡Estoy muy enojado con Dios! Es una de las frases que usamos cuando sucede algo trágico en nuestras vidas y creemos que ya no hay remedio para ello.

Entiendo que la situación que atravesamos mundialmente es una razón más para estar enfadados, pero ¿crees que Dios tuvo que ver en esto o fue la maldad del hombre?

Por naturaleza, estamos tan acostumbrados a buscar culpablespara todas nuestras desgracias, que llegamos a cuestionarnos lo siguiente: ¿Por qué Dios no estuvo allí cuando esto sucedió?, ¿por qué la vida es tan difícil? y podemos continuar con un sinfín de preguntas, pero ¿es culpa de Dios que las cosas no te salgan bien o son tus malas decisiones que te llevan a sufrir las consecuencias?

Si las cosas resultan al revés…

Quizá sea porque no has incluido a Dios en tus planes y has hecho todo a tu modo; y como las consecuencias no son tan agradables has puesto como culpable a Dios, y te enojaste con Él por no haberlas evitado, pero cuando suceden cosas buenas, a menudo las atribuyesa tus logros. ¿Es así?

No puedes estar enojado con Dios por no haber bendecido algo que nunca te dijo que hicieras. Y no puedes culparlo a Él de cosas que el diablo te impulsó a hacer. ¡Asume tu responsabilidad!

Es difícil entender los planes que Dios tiene para nuestras vidas, pero a causa de nuestras malas decisiones vamos por el camino equivocado, terminando en grandes frustraciones.

¡Estoy muy enojado con Dios, pero necesito su ayuda!

¡Ésa es la actitud! Reconocer que necesitas de Dios. Ya deja atrás el orgullo, porque Dios quiere bendecirte, y aunque no comprendas lo que está sucediendo, Él quiere llevarte hacia su voluntad.

 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.

Romanos 8:28 (RVR)

Por más terrible sea la situación en la que te encuentras, debes entender que todo obrará a tu favor. ¡Ten paciencia! No todo sucede de la noche a la mañana; acércate a Dios con sinceridad y humildad de corazón y ten por seguro que Él te exaltará en medio del caos.

¡Necesitas perdonar a Dios!

¿Será que Dios necesita de tu perdón? ¡Por supuesto que no! quien realmente lo requiere eres tú.

Ya no le des más chance al enojo y busca la  reconciliación con Dios. Él quiere llenar cada rincón de tu corazón ¿qué esperas para correr a sus brazos?


El siguiente crédito, por obligación, es requerido para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.

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. El presente se escribió en su totalidad por un ser humano, sin uso de ChatGPT o alguna otra herramienta de inteligencia artificial.

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