A veces nos resulta más fácil juzgar a los demás que ponernos a reflexionar sobre nuestras propias vidas y lo cierto es que a nadie le vendría mal poder examinar constantemente su vida para poder ir mejorando.
Preguntas necesarias
En las Ilustraciones Selectas de A. Espinoza, se cuenta que Juan Wesley dijo que Juan Fletcher era el hombre más santo que había conocido en Europa y en América; y que lo era porque diariamente se examinaba para saber si su proceder estaba de acuerdo con los planes de Dios, para lo cual se hacía las siguientes preguntas:
- ¿Desperté́ espiritualmente y tuve cuidado de guardar mi mente de pensamientos errantes, cuando me levanté esta mañana?
- ¿Me he acercado a Dios en oración o he dado lugar a la pereza y a la desidia espiritual?
- ¿Se ha debilitado mi fe por no haber velado, o ha sido avivada por haberla puesto en actividad hoy?
- ¿He andado hoy por fe, y he procurado ver a Dios en todas las cosas?
- ¿Me he negado a mí mismo al usar palabras y al expresar pensamientos poco bondadosos?
- ¿Me he debilitado espiritualmente al ver que prefieren a otros en mi lugar?
- ¿He aprovechado mi tiempo precioso, mis fuerzas y mis oportunidades según la luz que Dios me ha dado?
- ¿He guardado mi corazón en un ambiente de gracia, de modo que haya sacado provecho?
- ¿Qué he hecho hoy por los cuerpos y por las almas de los santos?
- ¿He derrochado cualquier cosa por agradarme a mí mismo, cuando podía haber guardado el dinero para la casa de Dios?
- ¿He gobernado bien mi lengua, recordando que en la multitud de palabras no falta pecado?
- ¿En cuántas ocasiones me he negado a mí mismo hoy?
- ¿Mi vida y mis palabras han honrado el evangelio de Cristo?
Y tú, ¿examinas constantemente tu vida?
Nuestra falta de crecimiento puede deberse a que no somos capaces de examinarnos a nosotros mismos. Hacer una evaluación constante de nuestras vidas nunca es fácil pero es saludable porque nos ayuda a ver si vamos por el camino correcto o si debemos cambiar algo.
Inclusive, muchas veces, las cosas no salen como queremos o pareciera que nada nos sale bien y no entendemos la razón. Pero, si nos detenemos a hacer un examen detallado de nuestra vida, es posible que hallemos aquello que hemos estado haciendo mal porque, en ocasiones, al no tener la costumbre de auto examinarnos, hay malos hábitos o errores que los incorporamos como normales en nuestra vida.
Y apartándose el impío de su impiedad que hizo, y haciendo según el derecho y la justicia, hará vivir su alma. Porque miró y se apartó de todas sus transgresiones que había cometido, de cierto vivirá; no morirá. Ezequiel 18:27,28 (RVR1960)
Examinar constantemente nuestra vida nos puede ayudar a apartarnos del mal, a corregir aquellos pequeños errores antes de que sean cosas mucho más difíciles de cambiar.
Pidámosle a Dios que nos muestre aquellas cosas que no le agradan para que podamos vivir conforme a su perfecta voluntad y alcanzar su propósito para nuestras vidas.
Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce los pensamientos que me inquietan. Señálame cualquier cosa en mí que te ofenda y guíame por el camino de la vida eterna. Salmos 139: 2,24 (NTV)
Oración del día
Padre amado, te doy gracias porque tú siempre nos das la oportunidad de enderezar nuestros pasos y volver a ti. Hoy quiero pedirte que me muestres todo aquello que no te agrada, que me señales las cosas que debo cambiar para poder ser cada día mejor y poder alcanzar el propósito que tienes para mi vida. En el nombre de Jesús, amén.
Aplicación
¿Cuál sería una buena estrategia para crear el hábito de examinarte constantemente?