Dios hizo a la familia para que sea una cuna de amor para nuestros hijos, padres y hermanos. No permitamos que se convierta en un lugar de rencor y peleas.
Esaú y Jacob
Lastimosamente dos mellizos que estuvieron juntos en el vientre de su madre, se enemistaron a tal punto de que uno de ellos quiso acabar con la vida del otro.
Y aborreció Esaú a Jacob por la bendición con que su padre le había bendecido, y dijo en su corazón: Llegarán los días del luto de mi padre, y yo mataré a mi hermano Jacob.
Génesis 27:41-43 (RVR 1960).
En vez de que el amor y el perdón sean con ellos, dieron rienda suelta al odio y al rencor, convirtiéndose en enemigos por muchas generaciones.
Aunque hoy en día la familia está siendo muy atacada por ideologías, maltrato, violencia y demás, nosotros debemos hacer la diferencia en nuestros hogares, transmitiendo todo lo que recibimos de Dios: amor, perdón, aceptación, consuelo, confianza, misericordia y gracia.
¡No permitamos que el rencor se quede en nuestro hogar!
Bendice a tu familia, aunque creas que no lo merecen
Como no somos perfectos, tampoco hay familias perfectas, pero debemos dar paso al amor y al perdón. Pues si con todos nuestros defectos Dios nos recibió como hijos suyos, entonces ¿por qué negar dar aquello que recibimos?
Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso. No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados. Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir.
Lucas 6:36-38 (RVR 1960).
Bendice a tu familia en tus oraciones, da del amor que Dios te dio aunque creas que no lo merezcan, ten presente que si aprendes a amar a tu familia no solo serás bendecido con paz, sino serás luz en sus vidas.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.