Se cuenta de un hombre cuyo amor a la Biblia era tan grande que recibió el apodo de “Concordancia Bíblica”, quien cuando era joven estuvo reducido con su familia a gran pobreza.
En el jardín de la casa que tenían alquilada había un peral, más venerado por su edad que por su fruto. La madre le pidió que lo cortara, para usarlo como leña y combatir el frío, diciéndole: Diremos al propietario que se secó.
-Madre, pero esto será una mentira; el árbol no es nuestro y Dios ha dicho, no solamente: “No robarás”, sino también: “Ningún mentiroso entrará en el Reino de los cielos”. Te ruego que no me mandes a cortarlo.
Ella desistió, por dos o tres días, pero como el frío arreciaba volvió a insistir con la orden.
-Madre, Dios bondadoso nos ha ayudado muchas veces en nuestras necesidades, permítame esperar hasta mañana, y si no recibimos ninguna ayuda te obedeceré; ya que también esto me manda el Señor.
El muchacho se retiró a su cuarto y oró ardientemente a Dios que le librara de tener que faltar de tal modo a los preceptos de su Santa Ley.
Al día siguiente salió por la mañana y halló, no lejos de su casa, a un carbonero que se encontraba en dificultad porque se había roto una rueda del carro que llevaba cargado de carbón. El muchacho le contó su apuro y el hombre movido a misericordia dijo:
-También me costaría sacar este carbón de aquí… llévalo poco a poco a tu casa que está cerca. Y añadió: Si alguna vez te encuentras en apuro, ven y te ayudaré.
El joven que se gozaba en relatar esta historia, cuando hombre, decía que nunca tuvo que apelar a este recurso, porque Dios siempre proveyó a sus necesidades por otros medios.
Quizás en este momento nos la incertidumbre es muy grande, en muchos países llevamos semanas de cuarentena, muchas personas no pueden salir a trabajar, quizás su empresa está a punto de cerrarse o temen despidos más adelante.
Es probable que ante la escases y la situación adversa que vivimos, mucha gente se vea tentada a mentir o incluso robar, escudándose en que “Dios sabe que es por necesidad”. Si bien puede ser verdad que están viviendo un tiempo difícil, el Señor es claro en su Palabra y en los mandamientos que debemos seguir. Él nunca ha faltado a sus promesas ni ha abandonado a ninguno de sus hijos.
Cumple los requisitos del Señor tu Dios y sigue todos sus caminos. Obedece los decretos, los mandatos, las ordenanzas y las leyes que están escritos en la ley de Moisés, para que tengas éxito en todo lo que hagas y dondequiera que vayas
1 Reyes 2:3 (NTV)
El Señor es claro en su palabra cuando dice que debemos obedecerlo para tener éxito. La bendición de Dios y su prosperidad son producto de serles fiel a Él y cumplir sus mandamientos, no es algo negociable.
Recuerda lo que dice Proverbios 10:22: “La bendición del Señor enriquece a una persona y él no añade ninguna tristeza.” (NTV)
Confía en Dios, Él nunca falla y sus bendiciones son mejores de lo que podemos imaginar.
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