No es malo pedir a Dios en nuestra necesidad, al contrario, Él mismo nos anima a poner en oración nuestras necesidades para poder suplirlas, el detalle es cuando nos concentramos más en sólo pedir y no así en agradecer.
Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.
Filipenses 4:6 (RVR 1960)
Pidamos con fe pero también agradezcamos de corazón
Cuando Jesús sanó a los diez leprosos, la fe de ellos y el poder de Cristo hicieron el milagro, pero solo uno volvió para agradecer. La lepra, en ese tiempo, era una enfermedad muy dolorosa e indigna. No era un resfriado común sino era algo por lo cual eran desterrados de sus familias, destinados a vivir en soledad y pobreza.
El leproso que volvió a demostrar su agradecimiento entendió que la fe debe estar acompañada con agradecimiento porque, aunque no merecía la sanidad, la gracia de Dios pudo más y fue sano. ¡Su vida recibió una nueva oportunidad!
Respondiendo Jesús, dijo: ¿No son diez los que fueron limpiados? Y los nueve, ¿dónde están?
Lucas 17:17 (RVR 1960)
Tu agradecimiento tendrá frutos
Muchas veces creemos que solo hay que ser agradecidos cuando recibimos el milagro o la petición que anhelamos pero, aún en el proceso y el tiempo de espera, debemos demostrar que Dios es nuestro Señor con gratitud.
Ante la espera de nuestras peticiones debemos recordar que la voluntad de Dios es mejor que la nuestra, y si su respuesta fuera contraria a lo anhelamos, de igual manera nuestro agradecimiento debe ser expresado. Pues sin duda, si así lo dispuso Dios, tendrá un buen fin para nuestra vida.
Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.
1 Tesalonicenses 5:18 (RVR 1960)
Le debemos tanto a Dios y nuestro agradecimiento es un deleite para Él, por ello concéntrate más en la gratitud que en solo pedir.
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