Cuando el rey Ezequías escuchó el mensaje de Senaquerib, se puso muy triste, y para mostrarlo se rompió la ropa, se puso ropa áspera y se fue al templo.
Isaías 37:1 (TLA).
Hay momentos en la vida en que todo parece estar en nuestra contra. Las dificultades se multiplican, las fuerzas disminuyen y nos llenamos de angustia. Buscamos refugio en personas o actividades que pensamos pudieran darnos un alivio para calmar nuestro dolor, sin embargo al poco tiempo comprobamos que el sufrimiento aún persiste. Por el contrario, Ezequías no buscó un alivio humano, sino que al recibir malas noticias, se fue directamente para el templo para hablar con Dios. Sabemos que en definitiva Él es el único que pude cambiar cualquier situación, restaurar nuestras vidas y ayudarnos a superar nuestras dificultades.
Por lo tanto, en tiempo de crisis y más que nunca, ve a tu iglesia, no dejes de asistir, habla con Dios, ábrele tu corazón y permítele que pueda curar las heridas que las tempestades te han causado.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.