En la Biblia podemos observar uno de los acontecimientos de fe más asombrosos:
Abraham creyó en esperanza contra esperanza, a fin de llegar a ser padre de muchas naciones, conforme a lo que se le había dicho: «Así será tu descendencia». Y sin debilitarse en la fe contempló su propio cuerpo, que ya estaba como muerto puesto que tenía como cien años, y también la esterilidad de la matriz de Sara.
Romanos 4:18-19 (NBLA).
El siervo de Dios, de nombre Abraham, había recibido una promesa; sin embargo, está no llegaba y al contrario, parecía que nunca iba a cumplirse porque todo estaba en su contra. Ante los ojos de los demás era ilógico que este hombre pudiera tener hijos, pero él confió en el Señor.
La fe va más allá de lo que sucede a nuestro alrededor
La Biblia señala a Abraham como uno de los referentes de la fe para nosotros, dice: “y no se debilitó en la fe al considerar su cuerpo”. Él podía verse a sí mismo, y tranquilamente decir: “tengo más de cien años, mi esposa es anciana y también estéril, es imposible que un hijo pueda nacer de nosotros” Pero, su fe no se decayó en ningún momento.
Cuando miramos a nuestro alrededor y presenciamos la adversidad es inevitable debilitarnos, por esta razón no debemos concentrarnos tanto en las circunstancias sino en Dios.
Nos permite tener esperanza
Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.
Hebreos 11:1 (RVR 1960).
Abraham, con sus ojos no podía observar a un niño naciendo, pero sí con la fe; él se miraba así mismo como un padre de multitudes con las promesas de Dios cumplidas en su vida y no dudo, sino que creyó en esperanza contra esperanza.
Es vital confiar si decimos amar a Dios
porque por fe andamos, no por vista
2 Corintios 5:7 (RVR 1960).
En la vida de nuestro Señor Jesucristo podemos encontrar muchos acontecimientos sobrenaturales, milagros que a la “vista” de los demás eran imposibles; maravillas que sus enemigos no podían debatir.
Solo un poco de fe es todo lo que necesitamos porque Dios tiene el control de nuestras vidas, estamos en sus manos, se preocupa por nosotros e incluso nuestros cabellos están contados; lo único que nos pide es que confiemos en Él.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.