Todos conocemos a alguien que, por más que lo intentemos no cambia su conducta, permanece rebelde y, en muchas ocasiones, los familiares terminan levantando las manos y considerando que es un caso perdido. ¿Te ha pasado con alguien? ¿Ya lo has intentado todo?
No todo, faltaba algo
Cuentan que un sargento, acabada su paciencia, condujo ante el coronel al soldado terco y rebelde a toda disciplina.
- Mi coronel -explicó- ya lo he probado todo… No sé qué más hacer con él.
- Todo, todo… ¿de verdad?
- Mi coronel, todo; desde el calabozo a los bofetones, pérdidas de permiso, todo, todo… ¡todo!
- ¿Has probado el amor?
- ¿El amor? -preguntó extrañado el pobre sargento, como si escuchase la mayor tontería.
- El amor – contestó el coronel.
Luego, saliendo de detrás de la mesa, el coronel se puso al lado del soldado, le pasó el brazo por los hombros, le apretó contra sí y le habló con bondad.
El soldado, muy turbado, acabó por bajar la cabeza avergonzado, mientras las lágrimas escapaban de sus ojos y con temblorosa la voz confesó:
- Mi coronel… he sido malo… ahora lo veo… ¡Pero no voy a serlo más, recordando su bondad y sus palabras!
¿Estás cansado porque sientes que ya lo has probado todo?
Quizás, al igual que el sargento, estás intentando de todo para corregir a tu hijo, hermano, algún estudiante o alguien que depende de ti.
Seguramente estás haciendo tu mejor esfuerzo y, aunque la disciplina es importante y necesaria, esta debe hacerse con amor.
Pablo, en la carta a los Gálatas les recomienda que si hallan a alguien en falta, lo reprendan con mansedumbre.
Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado. Gálatas 6:1 (RVR1960)
No les dice que dejen pasar la falta, sino que la represión que hagan sea con mansedumbre, es decir, con ternura y humildad, cuidando de no caer en lo mismo.
El sacrificio de Jesús fue la demostración más grande de amor, cambió nuestras vidas y sigue transformando a miles de personas en todo el mundo. Nadie ha cambiado por solamente seguir los 10 mandamientos, la ley sola y las buenas intenciones no transforman vidas, necesitamos de Su ayuda.
Es el amor que Dios, expresado en la Cruz del calvario, lo que ha transformado vidas, lo que nos lleva a querer obedecer sus mandamientos y querer ser más como Él.
No te rindas, pídele a Dios sabiduría para poder enfrentar el desafío que tienes en tu familia, en tu trabajo o en la iglesia. Que el Señor te muestre cómo debes actuar con esa persona y que llene tu corazón de amor por ella.
Oración del día
Padre amado, gracias por amarme tanto, gracias por haber cambiado mi vida con un amor inexplicable.
Hoy quiero pedirte que me des sabiduría para tratar con las personas con las que a veces quiero rendirme, ayúdame a amarlas como tú lo haces y a poder comunicarme con ellas. Te pido que cambies sus vidas, que las transformes, porque tú eres el único que puede hacer eso. Perdóname por las veces que por mis medios intenté cambiar a la gente. En el nombre de Jesús, amén.
Aplicación
¿Qué haces cuando intentas corregir a alguien y sientes que nada funciona?