Orar creyendo

Orar creyendo

Por lo general sentimos que estamos creyendo cuando oramos. No tenemos una manera de medir el nivel de fe con el que nos estamos dirigiendo a Dios, pero el sólo hecho de ir ante su Presencia implica que tenemos fe en que Él está ahí y nos está escuchando, aunque no lo vemos. Eso es fe.

Lo que sucede es que, en nuestra visión humana, hay cosas que pedimos, pero que en el fondo no pensamos que van a ser posibles, o no sentimos que las merecemos y por tanto, las pedimos porque las queremos pero no confiamos en que las vamos a recibir. Y mucho menos si Dios se demora en respondernos, lo que suele suceder mayoría de las veces porque Dios está fortaleciendo nuestra paciencia.

Sin embargo, en la Biblia podemos leer que sólo necesitamos la fe del tamaño de una semilla de mostaza. Pero en ese caso, esa mínima porción de fe tiene que ser sin dudas en ningún lugar de nuestra mente o nuestro corazón.

Crean que ya han recibido todo lo que estén pidiendo en oración, y lo obtendrán.

Marcos 11:24 (RVR1960)

No hay nada que afiance más la fe, como estar tan seguros de la respuesta, que de una vez agradecemos por ella. Dando gracias, sí, es así como debemos orar. Como lo dice en Filpenses 4:6:  “No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias”. (RVR1960)

Presenta tus peticiones delante de Dios y confía en Él.


El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.

El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana

CVCLAVOZ

. El presente se escribió en su totalidad por un ser humano, sin uso de ChatGPT o alguna otra herramienta de inteligencia artificial.

CVCLAVOZ

Facebook
Twitter
Email
LinkedIn
WhatsApp

Felicidad real y duradera

A veces creemos que la felicidad está en vivir el momento, pero el gozo real va más allá de eso, la felicidad real y verdadera está en hacer la voluntad de Dios.

Dones compartidos

Siendo que nuestros dones nos los dio, debemos usarlos para servirle, para servir a nuestro prójimo y vivir constantemente agradecidos por ese regalo.

Renuncia para ganar

Que el enojo no sea quien controle nuestro actuar, sino que sea el dominio propio que Dios nos dio, actuemos con especial cuidado para ganar.

Tiempo de lectura:

< 1 minute

Autor

Comentarios

Likes

0

Deja un comentario