No tenemos el poder de cambiar a otras personas. Podemos influirlas para bien, pero no tenemos el poder de generar una transformación en sus vidas; sólo Dios puede hacer eso. Teniendo este hecho en cuenta, hay cosas que podemos poner en práctica para contribuir a que la pareja sea mejor cada día.
1. Dile halagos por lo que hace bien
Un error que cometemos la mayoría de veces es creer que los demás ya saben que admiramos sus cualidades. Sin embargo, a menudo sucede lo contrario: ellos no tienen ni idea. Hay personas que desconocen que son buenos en algo hasta que alguien les dice. Asimismo, hay otros que necesitan ser afirmados cuando son excelentes en un área. Cualquiera sea el caso, es importante reconocer verbalmente los logros de otros.
Si tu pareja tiene un talento especial para algo, no dejes de decirle palabras positivas. No tiene que ser una habilidad deslumbrante: hasta las pequeñas acciones cuentan. Son esos actos, que a veces parecen insignificantes, los que son el comienzo de algo más grande. Así que no desprecies los inicios y anima a tu pareja a desarrollar su talento.
2. Ayúdale a salir de su zona de confort
Forzar a alguien que sufre de pánico escénico a cantar en público no es una manera positiva de ayudarle a superar su miedo. Incentivar a que alguien salga de su zona de confort no implica obligarle a hacer cosas. Todo lo contrario. Motivar implica acompañarle a descubrir otras áreas en las que podría ser bueno. Esto requiere investigar qué opciones hay y conocer bien a la pareja.
Si ambos prueban cosas distintas, no sólo serán mejores individuos sino que también su relación crecerá. Está científicamente comprobado que las parejas que realizan actividades juntas fortalecen el vínculo que tienen. (Para más información leer: ¡El arte fortalece tu relación amorosa!)
3. Revive sus sueños
Con el paso del tiempo y los diversos obstáculos de la vida, muchos olvidan sus sueños y los reemplazan por la rutina. Si tu pareja es una de esas personas, quizá sea un buen momento para ayudarle a retomar aquellas metas. Pero no te conformes con alentar sus anhelos: camina a su lado en el proceso. Es fácil soñar y dejar que todo se quede en una ilusión para el futuro. Lo difícil es accionar y hacerlo realidad. Sin embargo, cuando los dos unen esfuerzos, la tarea se vuelve más sencilla. Tu empeño por querer lo mejor para tu pareja demuestra cuánto amor le tienes.
4. Ayúdale a enfrentar su dolor
Las heridas del pasado y los traumas de la niñez tienen efecto hasta la adultez. (Para más información, leer: Lo que pasó en tu niñez influye en quién eres hoy). Y hay personas que aún sienten dolor por lo que les ocurrió. Ayudar a tu pareja a enfrentar y perdonar estas situaciones le hará cambiar su perspectiva del presente y futuro, y además le hará sentirse libre. Por supuesto, esto no quiere decir que actúes como terapeuta (aunque lo seas) sino que le ayudes a buscar una solución que te involucre como apoyo a tu pareja y no como terapeuta. Tener una persona neutral en estos casos será de mayor beneficio que si tú intentas hacer de mediador (a). Además, los consejeros o profesionales en esta área están capacitados para hacer ese trabajo; por lo cual es mejor dejarlo en sus manos.
Lo que sí puedes hacer es apoyar a tu pareja y orar por su vida. Incluso si rechaza la ayuda o lo que hacen los especialistas no funciona, Dios sí tiene el poder para transformar vidas y sanar los corazones. En Él, todas las cosas son nuevas. Así que si Jesús está en sus vidas y en su relación, no hay dolor que sea insuperable.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.