Explorando acerca de la poesía críptica inventé aquello de “caballos verdes y cuchillos de la madrugada“. Muchos años después de esta rara creación, mi hija me preguntó acerca de una canción de Piero: ¿Qué quiere decir: “Después, como peces, viajamos al olvido”?
Solía tener cierta reticencia al tipo de poesía que dice cosas que resultan incomprensibles para el lenguaje común.
Me parecía como estar parado frente a un cuadro abstracto (¿un eufemismo para “No se entiende un comino”?). Por eso se me ocurrió eso de caballos verdes y cuchillos de la madrugada.
Tal vez es una de dos
Y pensé que era una de dos: el autor de un poema o un cuadro, digamos, “no realista” no tiene un particular interés en que la gente entienda lo que dice, porque escribe o pinta para sí. O bien, espera que la gente comprenda lo que está entre líneas y se interne en un sorprendente mundo de revelaciones esotéricas de primer orden.
Consideremos por un momento, como contrapunto a caballos verdes y cuchillos de la madrugada, la poesía de Pablo Neruda. Usa un lenguaje absolutamente inesperado para las cosas más profundas o más simples. Pero se le entiende.
Quien conozca bien el boldo y el litre (flora común del sur de Chile), puede abismarse con esta simple botánica y comprender exactamente lo que sugiere:
El sanguinario litre y el benéfico boldo diseminan su estilo en irritantes besos de animal esmeralda o antologías de agua oscura entre las piedras.
Pablo Neruda, Botánica, Canto General, Canto VI
Tenía un amigo en la universidad que consideraba decepcionante que alguien entendiera un poema o un cuadro. Decía que era como desnudarlo y someterlo al ludibrio de la audiencia. Sostenía que el arte debía ser críptico, de modo que cada uno entendiera o sintiera lo que quisiera.
Así que me propuse escribir algo abstracto una vez y lo único que me salió fue “caballos verdes y cuchillos de la madrugada”. Ese día entendí que no podría escribir así.
Es un asunto académico, me parece
Por cierto, esto ya entra en la discusión académica sobre lo realista y lo abstracto, materia en la que soy absolutamente ignorante.
De niño y adolescente leía mucha novela francesa, especialmente Balzac y Anatole France. Exploré un poco de Proust, que tiene frases que se extienden por una página y media. Una sola frase, me refiero…
Y me sumergía en las descripciones de paisajes, personas, casas, situaciones sociales, dramas de la vida. Son páginas y páginas para una sola descripción, con una belleza literaria tal que era posible imaginarse cada detalle.
En vista de esta modesta aproximación invitaré a un poeta amigo mío de Chile a que me ilustre sobre este tema y les cuento los hallazgos.
Recibo sus fragmentos de poesía cada día y me parece que desafía notablemente mis ridículos caballos verdes y cuchillos de la madrugada.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.