La misericordia es la unión de la compasión con la gracia de Dios, es poner en práctica el amor y la empatía, la capacidad de ponerse en el sufrimiento del otro.
La mayoría de las veces que tocamos este tema, conversamos de lo necesario que es preocuparse por los demás, pero poco se menciona sobre la compasión que debemos tener de nosotros mismos.
A veces es más fácil sentir misericordia por los demás que por uno mismo. En ocasiones podemos esforzarnos por perdonar a las personas que nos dañan, pero no ponemos esfuerzo en perdonarnos a nosotros mismos, ¿te ha pasado?
¿Tienes misericordia por ti?
Pero vayan, y aprendan lo que significa: “Misericordia quiero y no sacrificio”; porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores.
Mateo 9:13 (NBLA)
Este pasaje nos enseña que a Jesús no le gustan mucho los sacrificios, sino la misericordia. En ocasiones llevamos una carga pesada de culpa por nuestras debilidades y frustración por los errores que cometimos, por lo que decidimos castigamos a nosotros mismos; nos encerramos, deprimimos, ocultamos nuestro rostro del Señor o peor, no aceptamos el perdón de Dios creyendo que no merecemos nada bueno para nuestras vidas.
¿Alguna vez has sentido que no mereces nada?
El Señor no desea que continúes con estos sacrificios que solamente te están apartando de su presencia; debes recordar que nadie merece el amor de Dios, esta no es decisión nuestra, sino una muestra de la gran compasión que tiene para nosotros.
En esta oportunidad te animo a pensar en ti. Es posible que en el año que se fue tuviste caídas e hiciste cosas de las cuales te avergüenzas; pero a ti no te corresponde castigarte o juzgarte, sólo a Dios.
El único que puede juzgarte es Dios, ni siquiera tú tienes esta autoridad
El Señor te ama y tiene un plan para tu vida, vívelo con paz y gozo; si te sientes mal por alguna razón, deja de rechazar las bendiciones y el amor de Dios, porque de este modo no llegarás a ningún lado y tampoco te irá bien. Si eres seguidor de Jesús práctica la misericordia, pero no sólo con los demás, sino también contigo mismo y acércate al Padre.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.