Es posible que dejar el pasado atrás pueda resultar en una tarea difícil y la sientas imposible porque te cuesta perdonar algo que te hizo mucho daño. Aún sientes el dolor cada vez que recuerdas lo que te hicieron, pero debes buscar soluciones.
Te cuesta perdonar porque sientes que perdonar sugiere que lo que te hicieron estuvo bien. Y no es así. Pero sí es importante que hables con la persona que te hirió y le dejes saber de tu dolor. No para que se compadezca, solo para dar la oportunidad de una disculpa. Si no se disculpa, ya es distinto.
Sin embargo, perdonar es necesario, y el beneficio es para ti. Cuando perdonas te quitas la amargura que te puede producir ese dolor que has sentido. Perdonar te permite vivir sin estar con temores de un nuevo dolor. No todo el mundo es igual.
Perdonar permite que el dolor pase y tu herida sane
Al perdonar te libras de una carga interna que te consume. No desarrollarás deseos de venganza (y de paso debes recordar que la venganza es de Dios). Aferrarte a tu dolor no te permite vivir a plenitud. Perdona para que tu dolor vaya pasando y tu herida vaya sanando.
Es una decisión que debes tomar, y tómala pensando en sanar tu corazón. No importa si la persona que te hizo el daño no se arrepienta o no merezca el perdón. Perdonar conscientemente te servirá para poder continuar con una vida sin amarguras, sin resentimiento.
No estamos implicando que no le des importancia a lo que te pasó, sino que te valores y no permitas que eso que pasó te convierta en huraño o déspota con otros. No permitas que lo que te hicieron te haga cambiar tu trato con otras personas.
Reconoce tus emociones pero no te enfoques en ellas
Es bueno que reconozcas tus emociones, el dolor o la tristeza, la preocupación o la inseguridad que puedes sentir debido a las acciones de quien te hirió. Pero no te regodees en esos sentimientos. Al contrario, busca maneras de enriquecer tu corazón, tu espíritu y tu actitud.
En la vida siempre tendremos situaciones, acciones y personas que nos sacarán de nuestras casillas, o nos harán sentir menospreciados, rechazados, heridos. Pero teniendo la perspectiva correcta, podremos responder con la actitud perfecta.
No enfocarnos en el dolor ni en lo que las personas hacen o dicen que no nos gusta es un excelente principio para poder perdonar más fácilmente. Entender que todos somos humanos y cometemos errores. Que todos somos distintos, y algunos pueden sentirse bien con hacerle daño a otros.
No permitas que el dolor te haga ser diferente a como realmente eres
No dejes que lo que alguien malvado te hizo te convierta en algo parecido a esa persona. Mantente emocionalmente bajo control. Tú eres el dueño de tus emociones y debes controlarlas para no permitir convertirte en alguien que no eres.
Entendiendo eso, no dejes que esas actitudes de esas personalidades fuertes y viles afecten la tuya. Es muy probable que las personas que hacen daño a sabiendas y sin arrepentimiento, hayan pasado por situaciones que los llevaron a ser así. Y no lo tienes que averiguar, pero tenerlo en cuenta te da otra perspectiva.
Perdonar significa poner a un lado el resentimiento y la amargura, para desarrollar nuestra compasión y generosidad. Es una decisión que podemos tomar y que nos beneficia grandemente. Si quieres perdonar y sientes que no puedes, recuerda siempre que tú has sido perdonado.
El siguiente crédito, por obligación, se requiere para su uso por otras fuentes: Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.
2 respuestas
Que bien me hizo leer este artículo querida Elluz , muy acertada tu recomendación.
Dios te bendiga. Si puedes, por favor, déjanos saber específicamente lo que más te gustó. Gracias.
Hola Olga Carolina, tan linda, gracias por tu comentario. Me alegra mucho que te haya gustado y que te pareciera bien la recomendación. Dios continúe bendiciendo tu vida.